Tras las adaptaciones de 5 centímetros por segundo o Voces de una estrella distante, el nombre de Makoto Shinkai resulta ya muy familiar dentro del catálogo de Planeta Cómics, editorial que ahora nos trae, en tomo único, Viaje a Agartha (que aparece erróneamente como «Agharta» en la sobrecubierta del tomo).

 

Como suele ser habitual, Shinkai aparece como autor de la obra original (2011), pero poco o nada tiene que ver con el manga en cuestión. En esta ocasión, sin embargo, se da la circunstancia de que escribe un pequeño texto en el que valora el trabajo de adaptación realizado por Tomoko Mitami, ofreciendo a su vez algunas claves que pueden ser de interés para el lector de cara a comprobar como se complementan las versiones anime y manga de la obra.

 

Dejando al margen la película de Shinkai, Viaje a Agartha se nutre de las teorías esotéricas y ocultistas que hablan acerca de la Tierra hueca, y que en la literatura y cultura popular ha dado muchísimo juego desde tiempos de Julio Verne y su Viaje al centro de la Tierra. De hecho, Agartha como tal vendría a ser un reino legendario situado en el interior de la Tierra.

 

Al manga no le interesa tanto narrar un relato acerca de este lugar fantástico, sino usarlo como vehículo para centrarse la búsqueda de sus protagonistas. El descubrimiento de Agartha supone también un descubrimiento personal para los protagonistas, que durante el viaje han madurado y aprendido importantes lecciones sobre ellos mismos y el mundo que les rodea.

 

En este sentido Viaje a Agartha se mantiene fiel a los temas tratados en la obra de Shinkai, independientemente de la existencia o no de un componente fantástico (como sucede aquí o en la exitosa Your name.). Priman los personajes, siempre. El amor, una búsqueda interior o las conexiones interpersonales son la base que cimenta sus historias. Viaje a Agartha no es una excepción y Mitami muestra un gran oficio para trasladar al lector la complejidad de sus personajes y sus relaciones.

 

La aventura es la nota dominante de Viaje a Agartha, la emoción del descubrimiento y de conocer nuevos lugares, bien acompañada de los pertinentes momentos de tensión o peligro y el desengrasante que suponen los descargos cómicos, pero lo que eleva la cuidadísima adaptación de Tomoko Mitami es la sensibilidad con la que construye los momentos más emocionales de la narración, llenos de corazón y bien trabajados desde el detalle haciendo partícipes a los lectores de los sentimientos que brotan de los protagonistas.