El día empezaba haciendo ejercicio acústico con el inglés medieval -escocés para más inri- de Michael Fassbender y Marion Cotillard en Macbeth. Un ejercicio con personalidad que la fotografía lo hace más potente, enseñando la lucha, la batalla, las ambiciones, la corte… Fassbender y Cotillard, al igual que el resto del elenco, fabulosos como siempre. El problema ha sido que con un inglés tan espeso, ha costado en el Lumiere a todos los que no saben francés. Con una estética fría, nebulosa, y personajes entregados al drama pero sin exagerar la teatralidad, Justin Kurzel hace que su filme avance.
Era el día para revisar las ganadoras en la Quincena de realizadores; al menos, las que faltaban por ver. Mustang de la turca Deniz Gamze bien podría ser la Sofia Coppola de su tierra. Su maravillosa cinta recuerda a las vírgenes que en su momento trazó la hija de Francis. Cinco hermanas dentro de un ambiente opresivo. Su hogar comienza a convertirse en una prisión y comienzan a buscarles marido. La directora pasa de la comedia al drama con una espectacular facilidad y que la historia fluya. Un relato que oprime ofreciendo preciosos planos, como las guapísimas niñas protagonistas.
Y la corta jornada de ayer concluía con El abrazo de la serpiente, del colombiano Ciro Guerra. El argumento sigue a unos exploradores de principios de Siglo XX por la ruta amazónica, en busca de una planta perdida. En su expedición contarán con la ayuda de chamanes locales. La película, un ejercicio no apto para todos los públicos, habla sobre el chocque de culturas, y lo que conlleva: el proceso de la pérdida de la identidad de ciertas comunidades. Sin embrago, lo realmente llamativo de la cinta es ese cambio de conocimientos entre dos civilizaciones. Los colonos son los intrusos en la selva, la tierra prometida a saquear. El punto de vista de Guerra se coloca desde los indígenas y su cuidado por los «frutos» que dan las orillas del Amazonas.
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