Hellboy: Web of Wyrd

Hellboy. Web of Wyrd: Hell, boy

Obra de Upstream Arcade, Hellboy: Web of Wyrd tiene como principal objetivo trasladar la experiencia del personaje y del mundo creados por Mike Mignola al mundo de los videojuegos. Argumento original aunque dentro del canon oficial (no en vano Dark Horse y el propio Mignola han dado visto bueno al proyecto), Web of Wyrd nos traslada a Argentina, en 1982, donde Rojo y la AIDP han de rescatar a un compañero caído para descubrir un peligro mucho mayor.

 

Un escenario sobrenatural y cargado de amenazas, una historia tintada de elementos mitológicos y folclóricos y unos diálogos en los que no falta el sentido del humor hacen que, si sois fans de Hellboy, os sintáis como en casa. Si a esto le unimos una apuesta estética que, a partir de la ténica cel shading, busca emular la mano de Mignola, si nos dicen que Hellboy: Web of Wyrd no es un videojuego y sí un cómic perdido del personaje, nos lo creemos.

 

Hellboy: Web of Wyrd

 

Ese es el gran y principal atractivo del juego editado por Good Shepherd Entertainment, su fidelidad casi obsesiva al universo del cómic. Pero ¡ay! para funcionar un juego necesita más que ambientación e historia. Y es ahí donde falla este roguelite, tan centrado en mimar la puesta en escena que olvida trabajar su faceta jugable.

 

Como roguelite que se precie tenemos unas mazmorras generadas de forma procedural en las que tendremos que ir derrotando enemigos hasta dar con el jefe de turno y poder seguir avanzando. Por el camino obtenemos diferentes mejoras y monedas (temporales y permanentes) con las que obtener más ventajas. Si morimos, lo perdemos todo y vuelta a empezar. Entre ronda y ronda, sin embargo, podemos usar las monedas permanentes (que se consiguen venciendo a enemigos y en determinadas estancias) para comprar -estas sí- mejoras permanentes en forma de mayor salud o resistencia, armas con mayor daño, segundas vidas… El planteamiento es el esperable en este tipo de propuestas; quizás puede pecar de simplicidad, pero es funcional. Y uno cuando se adentra en juegos de este estilo cuenta ya con que habrá cierta sensación de repetición.

 

El problema llega cuando la atmósfera terrorífica de Hellboy y su universo se traslada a los controles; sobre todo cuando ya de por sí el rendimiento es frustrante y parece que estemos explorando un mundo creado en stop motion. La lentitud del personaje y de los tiempos de respuesta son exasperantes, es difícil combinar acciones para realizar un combo cuando los segundos se cuentan por misisipis. Sumadle que los bloqueos y esquivas (movimientos imprescindibles sobre los que reposa el combate ideado por Upstream Arcade) tampoco responden de manera precisa y que el sistema de fijación de enemigos es, en la práctica, inexistente. No son pocas las veces en las que la cámara y/o los torpes controles nos dejarán vendidos. La jugabilidad es, en el mejor de los casos, tortuosa.

 

Hellboy: Web of Wyrd

 

Aún así el juego puede completarse, pero la diversión se pierde por el camino de la frustración.

 

Y ya por sacar un poco más de punta -y desde una posición más subjetiva-, se echa en falta una elección más «grave» para Rojo. Máxime cuando tenemos tan interiorizada la encarnación del personaje hecha por Ron Perlman (quien no solo le dio vida en dos películas, sino que le prestó su voz en varios proyectos de animación). Un tono de voz que se mantuvo también con David Harbour (segundo Hellboy en el cine), pero que el malogrado Lance Reddick no consigue. Un trabajo correcto, pero su timbre no encaja con la imagen que transmite el rudo personaje.

 

Hellboy: Web of Wyrd no es un buen juego. Se camela a los fans del chico demonio gracias a su estética y a la figura de Mike Mignola, pero como roguelite es limitado y a nada que seáis poco pacientes, jugablemente es un infierno.

 

Analizada la versión de PlayStation 5.

Acerca de Daniel Lobato

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El padre de todos, pero como a Odín, se me suben constantemente a las barbas. Periodista de vocación cinéfila empecé en deportes (que tiene mucho de película) y ahora dejo semillitas en distintos medios online hablando de cine y cómics. También foteo de cuando en cuando y preparo proyectos audiovisuales.

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