Ultros

Ultros: Psicodelia metroidvania

En la escena indie, muchos desarrolladores tiran de un género que se ha ido popularizando como la espuma para crear sus obras. Ese género no es otro que el metroidvania, un género donde comenzamos de una manera y, a medida que avanzamos, vamos desbloqueando habilidades que nos permiten ir abriendo o accediendo a zonas donde antes no podíamos llegar. Títulos como Hollow Knight, Ender Lillies, la saga Ori o, más recientemente, Prince of Persia: The Lost Crown son algunos de los títulos que mejor han representado este género. Y cuando parecía que todo estaba ya inventado y que lo único que se podía mejorar eran algunas de las mecánicas, llega Ultros y le añade un giro al género, además de ser un juego que visualmente impacta desde el primer minuto. Ultros es un metroidvania que hará las delicias de los amantes del género, pero que puede que no haga las delicias de jugadores algo más casuales dentro de este género.

 

Ultros

 

Ultros presenta una peculiaridad que lo hace algo diferente. Sí, tenemos un mapa que vamos desbloqueando a medida que avanzamos y zonas a las que no podemos acceder hasta alcanzar ciertos requisitos, pero la gran diferencia es que el juego se desarrolla por ciclos. Estos ciclos se reinician cada vez que cumplimos el objetivo principal, al reiniciarse, volvemos a donde comenzó todo, perdemos todo lo que hayamos conseguido hasta ese momento (al igual que en los roguelike) pero podremos avanzar por otro camino hasta el siguiente objetivo. Este es el principal atractivo que tiene Ultros, que no nos hace recorrernos muchas veces las mismas zonas para alcanzar el siguiente objetivo, sino que tenemos que recorrer una nueva zona, descubrir nuevas cosas y así hasta completar la aventura dentro del sarcófago. ¿Y que pasa con las habilidades? Pues una vez que hemos completado el primer ciclo, se abrirá la posibilidad de, aquellas habilidades que hayamos desbloqueado en un primer momento, desbloquearlas de manera permanente. Y aquí surge el otro gran atractivo de la obra: La comida.

 

Ultros

 

En todos los metroidvania para subir las habilidades necesitamos subir de nivel o conseguir ciertos aspectos dentro del juego para mejorar al personaje, aquí pasa algo parecido, pero para subir las habilidades necesitamos conseguir nutrientes. Sí, como leéis, tenemos que ir por el mapa derrotando enemigos, plantando semillas (que se vuelven fundamentales en el tramo final de la aventura) y así, cuando llegamos a las capsulas donde guardamos la partida, tenemos que alimentarnos para conseguir esos nutrientes que nos harán conseguir las diferentes habilidades del personaje. Y, quizás, la parte más floja de todo el juego es donde se consiguen esos nutrientes, en el combate. El combate en Ultros es un poco básico y presenta unas mecánicas que no hacen que luchar sea lo que más deseas dentro de la aventura, ya que, para conseguir mejores nutrientes y alimentos, tienes que eliminar a los enemigos de distintas maneras y no solo aporrear un botón. Esto podría ser interesante si las mecánicas de combate fueran mejores, pero es que consiguen frustrar más de una vez y consiguen que siempre terminemos aporreando el botón de lucha.

 

Visualmente el juego es una pasada. Es un juego que entra por los ojos y que se queda contigo en toda la aventura. El diseñador es el mismo que diseño Hotline Miami, así que ya podéis imaginar un poco por dónde van los diferentes tiros. Además, es súper bonito de ver, aunque muchas veces tanto color pueda volvernos locos. En definitiva, Ultros es una gran propuesta, es uno de esos juegos que hay que probar y que tienen ciertas peculiaridades que lo hacen especial. Quizás muchos busquen un metroidvania al uso y puede que no terminen de verle la gracia a tener que empezar en cada ciclo, pero creedme que, si le dais la oportunidad, sorprende muy gratamente.

 

Analizada la versión de PC (Steam).

Acerca de Christian Leal

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Desde niño me apasioné por el séptimo arte, por ello decidí licenciarme en Comunicación Audiovisual, pero después amplié mis miras también hacía la pequeña pantalla en la que devoro, bebo y me alimento de series y cine. Mi vida podría resumirse en un guión de Aaron Sorkin dirigido por David Fincher o Michael Haneke.

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