Como cualquier antología que se precie, Visiones del fin resulta un tanto irregular. Tiene historias muy bien logradas y otras fallidas. Es algo con lo que el lector ya cuenta, albergando la esperanza de que sean más los relatos interesantes que los prescindibles. El problema de Visiones del fin no es ese, sino que vende una imagen que no es fiel a la realidad.
El leitmotiv de la antología es demasiado abstracto y no logra generar una imagen cohesionada. “El fin” como concepto resulta excesivamente vago. Entraría desde el final de un día hasta el final del mundo, pasando por la consecución de una venganza o de un conjuro. Todo tiene cabida en Visiones del fin, lo que –con la información que nos transmite la portada de Dani Vendrell– genera una terrible confusión entre los potenciales lectores, quienes en su mayoría llegarán a él pensando en leer un par de decenas de relatos sobre el fin del mundo. En lugar de encontrarnos con un recopilatorio de historias con ciertas constantes temáticas, nos adentramos en la sección de hogar de un bazar chino. Todo vale.
Visiones del fin nos propone 25 historias en las que participa más de una veintena de autores; aunque el protagonismo lo copan Juan Santacruz, que escribe diez historias y dibuja tres de ellas, y Josep Busquet con otros cuatro relatos, uno de los cuales como autor completo.
Para todo aquel que busque una antología más bien ecléctica, que reúna a un nutrido número de autores patrios y tenga una cuidad edición, es una obra recomendable. En cambio, quien ande detrás de productos más específicos, tiene ofertas más completas que esta.
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