Jungle Cruise

Jungle Cruise: La momia del Amazonas

La todopoderosa Disney vuelve a fijarse en una de sus atracciones en busca de ideas para su próxima franquicia de éxito. Exprimió Piratas del Caribe a lo largo de cinco entregas (hay una sexta moviéndose en los despachos desde hace tiempo) y fracasó con Tomorrowland. Ahora, de la mano de Dwayne Johnson (como productor y co-protagonista), Jungle Cruise aspira a convertirse en la nueva estrella de la casa del ratón.

 

Jungle Cruise

 

Con Johnson y Emily Blunt como principales reclamos delante de las cámaras, Jungle Cruise se presenta con el ánimo de reivindicar un cine de aventuras sin complejos, que abraza la vertiente más lúdica del género y es apto para todos los públicos. Lejos quedan ya los tiempos en los que personajes como Jack Colton o Indiana Jones nos emplazaban a vivir asombrosas experiencias descubriendo tesoros antiquísimos de enorme poder; pero tomando como referente a La momia de Stephen Sommers, Jungle Cruise intenta combinar cierto clasicismo (del que parte viene dado por la propia ambientación de la historia) con un espíritu mucho más actual.

 

La deuda con La momia, sin embargo, no se queda únicamente en la época en la transcurre (primeras décadas del s.XX, en plena fiebre exploradora de los británicos), la inclusión de elementos fantásticos o en su inclinación por la comedia como complemento a la aventura. La misma idiosincrasia de los protagonistas, sus diferentes roles en el relato, beben mucho de las peripecias protagonizadas por Evelyn Carnahan y Rick O’Connell. Es imposible ver a Emily Blunt o Dwayne Johnson y no pensar inmediatamente en Brendan Frasier o Rachel Weisz (y si nos ponemos, incluso a John Hannah). Ella, una aspirante a Gertrude Bell que esconde muchos más recursos de los que aparenta y él, un charlatán de gran corazón que se tira de cabeza al peligro.

 

Emily Blunt as Lily Houghton

 

Así pues, las dos horas y siete minutos que dura la película transitan por terrenos conocidos, pero no por ello menos eficaces gracias, en gran medida, al enorme carisma de su pareja protagonista. Aunque es verdad que una edición más pulida habría favorecido un ritmo que tiene algún que otro altibajo llegado el segundo acto.

 

Donde más desluce Jungle Cruise, sin embargo, es en la mirada que ofrece su director, Jaume Collet-Serra. Siempre funcional, el reaizador español no le saca todo el jugo a una propuesta que pide planos amplios y que respiren, pero que abusa de planos cortos y de montaje, restando espectacularidad tanto a los escenarios como a las secuencias de acción. Pero nada que en una hipotética secuela no se pueda corregir.

Acerca de Daniel Lobato

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El padre de todos, pero como a Odín, se me suben constantemente a las barbas. Periodista de vocación cinéfila empecé en deportes (que tiene mucho de película) y ahora dejo semillitas en distintos medios online hablando de cine y cómics. También foteo de cuando en cuando y preparo proyectos audiovisuales.

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