La primera entrega de Vaiana se estrenó hace ya ocho años. Tener entre medias una pandemia, que paralizó todo, hace pensar que la historia de Vaiana y Maui se había estrenado hace mucho menos. Posiblemente Vaiana iba a ser una película de una sola entrega, pero todos sabemos como funcionan los estudios de cine que donde hay dinero hay que seguir explotando esa franquicia. Vaiana fue una entrega que, rápidamente, se convirtió en un clásico de Disney, de esas películas que han ayudado a mucha gente a sentirse identificada con su protagonista por sus origines, como ya ocurrió con Encanto. Fue una película que seguía explorando ese nuevo concepto de Princesas Disney que ya no necesitan la ayuda de un príncipe azul que las venga a salvar de nada. Por eso, y muchas más cosas, rápidamente consiguió quedarse en la cultura de Disney, pero su secuela no está a la altura de lo que consiguió su primera entrega. Es de esas secuelas que se sienten innecesarias, que su historia de conectar a diferentes personas es muy potente, pero que queda a medio gas con acciones que ocurren muy deprisa. Es una lástima, porque había potencial para una buena secuela.
Vaiana 2 nos sitúa años después de los acontecimientos de la primera entrega, nuestra heroína ahora busca a más personas que vivan por las diferentes islas del mundo, no solo su tribu, pero su búsqueda siempre falla hasta que da con un artefacto que la ayudará a dar con la clave para volver a conectar a todos. Y lo cierto es que la premisa es muy potente, porque la idea de conectar de alguna manera con todas las tribus y todas las personas hacen del mundo algo mejor. Y todo esto, con la que está cayendo en el mundo, es un mensaje super importante, al igual que apoyarte en los demás para poder alcanzar las metas, porque uno solo no puede. Pero todo esto queda a medio gas porque todo ocurre muy deprisa, no hay tiempo para asimilar algunas cosas, también porque se repiten situaciones de la primera entrega y porque los personajes secundarios, los que acompañan a Vaiana, quedan muy relegados a un papel muy secundario y no entablas esa energía necesaria para que te preocupen. En la primera entrega teníamos a Vaiana y Maui que eran nuestros únicos protagonistas y su relación funcionaba muy bien, haciendo de la primera entrega una buddy movie increíble. Pero eso se pierde aquí.
Y, quizás, si la historia fallaba teníamos el tema musical que seguramente conseguía convencer. Pero tampoco. Las canciones de esta segunda entrega no tienen el poder y la energía de la primera entrega. Por poner un ejemplo, en la primera teníamos el tema principal de Qué hay más allá, un tema que acompañaba a toda la película y que servía también como una expresión de la propia Vaiana y una descripción increíble del propio personaje. Al igual que el tema de Maui y su De nada, que se convirtió en un himno instantáneo, además que también servía como indicativo del carácter del propio personaje. Pero en Vaiana 2 cuesta saber que canción puede quedarse en la memoria. Son canciones que no tienen ese gancho, esa fuerza y que no consiguen trasmitir mucho. Quizás la única que realmente es memorable y se queda después de escucharla es Al final, el tema que sirve de hilo conductor de la historia. Y es una pena porque hay momentos que quizás las canciones podrían haber sido memorables, pero en esta ocasión no ha sido el caso.
Y todo es una pena porque Vaiana 2 tenía los cimientos para una buena historia. Pero las decisiones de guion, la velocidad a la que se desarrollan algunas cosas, los personajes secundarios que tienen poco peso y unas canciones que tampoco son memorables. Vaiana fue un auténtico clásico de la ultima Disney, pero esta secuela está lejos de aquellos clásicos y de incluso de la primera entrega. No sabremos si habrá una tercera entrega, pero hay muchas cosas que se pueden mejorar y pueden encauzar el rumbo de nuevo, pero eso es un futuro que todavía no sabemos. Hay una escena post créditos en mitad de estos, por lo que hay que quedarse un poco al finalizar la cinta.
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