Hay guionistas que hagan lo que hagan merecen toda nuestra atención. En esta casa Jonathan Hickman o Neil Gaiman son autores obligados. RJ Prous seguramente incluiría a Al Ewing. Kelly Thompson es otra de esas autoras a las que siempre hay que dar una oportunidad porque rara vez defrauda. Y su Aves de presa no es una excepción.
«Quinn, siéntate y estate quieta«
ECC Ediciones apuesta por un tomo en tapa blanda para el arranque de la nueva etapa de Aves de prensa dentro de la iniciativa El amanecer de DC, formato manejable aunque quizás (pensando en la competencia) un pelín caro: 20,5€. Más aún si tenemos en cuenta la malísima suerte de las Aves de presa desde hace ya unos cuantos años. La iteración más reciente, la de Brian Azzarello y Emanuela Lupacchino, se quedó en un único one-shot con no pocas tramas abiertas.
Pero confiemos, pues en EEUU la nueva iteración de Aves de presa cuenta ya con quince entregas. Otra cosa es si tendremos la oportunidad de leerlas en España o tocará importar el material USA. De momento, Thompson se junta con Jordie Bellaire y Leonardo Romero para dar rienda suelta a una aventura digna de Danny Ocean y los suyos: un rescate, cual robo, en uno de los lugares más seguros del mundo: Themyscira.
La autora se lanza un órdago en el arranque de su serie con una trama que implica algunos poderes mágicos deceítas, a las amazonas y su mitología y parte de la batfamilia; todo ello guiado por la mejor entre las aves de presa: Canario Negro. Dinah Lance ve reforzada su posición como líder del grupo de heroínas con una trama que afecta a su propia intimidad. Su hermana, custodiada en Themyscira, corre un grave peligro y Canario Negro debe reunir un equipo -con ciertos condicionantes que señalan al desarrollo futuro de la serie- para sacarla de allí.
A este respecto es interesante el uso que Thompson hace de las amazonas, con Diana a la cabeza, como «antagonistas», pues las baja de su pedestal respecto a la sororidad, concepto que en DC Comics parecía ser propiedad exclusiva de Hipólita y sus súbditas. Hay una cierta desacralización de las amazonas realmente interesante y que pondera la relación que se va forjando entre las nuevas Aves de presa. En el fondo, la guionista no se sale de sus temas habituales, con la familia -que creamos- como eje central de la trama y de su discurso, aderezado con esas dinámicas de personajes y sentido del humor que nos enamoró en trabajos como Ojo de Halcón (serie en la que también hizo equipo con Leonardo Romero).
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