Absolute Wonder Woman

Absolute Wonder Woman #3-4: Todo cambia… para que nada cambie

Absolute Wonder WomanA falta de un número para que Absolute Wonder Woman cierre su arco argumental inaugural, raro será que no confirmemos esa máxima comiquera (en el mundo Marvel/DC) de que todo cambia para que nada cambie. Kelly Thompson ha movido piezas aquí y allá para darle un origen más exótico a la amazona (que de su idílica infancia en Themyscira ha pasado a criarse en el mismísimo infierno), pero en los elementos más importantes, la autora no ha querido (o sabido) distanciarse.

 

«Diana… ¿qué has hecho?»

 

No hablamos tanto de la caracterización de Diana, pues ya presuponíamos que sería similar, sino de los personajes que la van a ir acompañando a lo largo de sus aventuras. Así, al Steve Trevor de siempre, debemos añadirle un trío de féminas que, al menos de primeras, dan pocas señales de diferir de sus versiones establecidas en la continuidad tradicional. Se trata de Etta Candy (aquí cambia de profesión, pero apunta a mantener un rol similar), Barbara Minerva (antes de convertirse en Cheetah) y Veronica Cale (quien se postula como primera gran villana mundana de la amazona).

 

El entusiasmo sigue ahí porque el buen hacer de Thompson como narradora no tiene rival, pero también es cierto que el impacto de la novedad se va desdibujando a cada número (tal como está sucediendo con Superman o Batman). La sensación que empieza a primar es la de que tenemos a la Wonder Woman de siempre, pero con otra apariencia, como cuando cambiamos la skin de nuestro personaje en un videojuego.

 

Absolute Wonder Woman

 

Y subrayamos lo del entusiasmo, porque vista como una aventura tipo de Wonder Woman, este primer arco de Kelly Thompson está a la altura de las mejores historias del personaje. Con la ventaja añadida de plantearse fuera de la continuidad oficial, lo que permite un enorme margen para jugar y proponer imposibles. Un aspecto que la guionista ha exprimido al máximo en forma de kaijus y espadas gigantes. Seguramente Hayden Sherman nunca imaginó que se vería en una situación como esta cuando firmó con DC Comics. Y es más que probable que esté disfrutando como un niño creando unas secuencias de acción tan improbables como poderosas. Una Diana salida de la escena del hard rock (con permiso de la versión vista en Death Metal), cabalgando a un Pegaso en los huesos para combatir a una gigantesca criatura que podría haberse escapado de la R’lyeh lovecraftiana. ¿Quién da más?

 

Absolute Wonder Woman, pues, plantea cambios estéticos y coyunturales, que no estructurales y aprovecha la libertad de anclarse en una realidad alternativa para subrayar las virtudes de su protagonista a través de unas amenazas y situaciones a una escala impensables en la continuidad tradicional.

Acerca de Daniel Lobato

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El padre de todos, pero como a Odín, se me suben constantemente a las barbas. Periodista de vocación cinéfila empecé en deportes (que tiene mucho de película) y ahora dejo semillitas en distintos medios online hablando de cine y cómics. También foteo de cuando en cuando y preparo proyectos audiovisuales.

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