«Debí haberte preguntado… ¿por qué?«

Nuevo trío de grapas en los estertores de 2019 y nueva colección de pesadillas que sumar a las que Tom King comenzara a relatarnos en Batman #32 y que se vieran interrumpidas por el cruce con la serie de Joshua Williamson sobre Flash. Como ya avancé allá por agosto, King parece empeñado en terminar el año con el justiciero de Gotham encerrado en su propia mente, lo cual le ha venido genial mientras nos regalaba el crossover de Héroes en Crisis (publicado, al igual que esta serie, por las buenas gentes de ECC), pero que amenaza con convertirse en una estructura cargante si no logramos leer un mísero avance en la historia de su enfrentamiento con Bane que ha presidido toda su etapa al frente de la colección.

Porque desde que Batman se encontrara con su enemigo y su padre de otra dimensión y hasta lo que leemos en Batman #36 ha pasado casi medio año en el que sólo han llegado a nuestras librerías distintas iteraciones del largo bucle de terrores en los que han sumergido estos improbables aliados a Bruce Wayne. Y aunque el nivel de las historias cortas que se nos están contando es alto, está de fondo sonando la cantinela esa de que lo bueno, si breve, dos veces bueno. Y cabe recordar que esta clase de historias son las que leíamos antiguamente en Detective Comics como complemento para profundizar en los sucesos de la serie principal y no como plato fuerte de la colección.

«¿De verdad pensabas que me encogería de miedo como un feto?«

Con todo, la paciencia es nuestra amiga y King ha demostrado apostar mucho más por el aspecto psicológico que por las cabriolas y los puñetazos. Todo este continuo de pesadillas recurrentes y sueños en los que el Caballero Oscuro trata de liberarse del cóctel químico con el que le han sometido tiene la finalidad de llevar a nuestro protagonista a una situación límite que comenzamos a percibir al final del tercero de los volúmenes que nos ocupan hoy y nos sirven para contemplar, una vez más, cuán bajo se puede dejar caer al Murciélago antes de que éste vuelve, milagrosamente, a remontar el vuelo.

Batman #36

También le sirve a King esta trama circular para poder hacer pasar a su protagonista por el necesario duelo que no había apenas experimentado tras su fallida boda con Catwoman. Toda la carga psicológica de su ruptura la vivimos en estos números en los que la pregunta ‘¿Por qué?‘ es la que con más fuerza resuena. Y es que uno no es el Mejor Detective del Mundo si no trata de comprenderlo todo, hasta algo tan trágico como tan trivial como una relación amorosa que pudo ser y que, finalmente, no fue. La mayor decepción de 2019 para los fans se convierte, en manos del guionista en la principal cárcel y (a la vez) el único mecanismo a través del cual Batman es capaz de liberarse de la prisión mental en la que ha sido encarcelado.

Como último detalle, sin olvidar mencionar lo mucho que gana esta serie cuando Mikel Janín está presente, cabe remarcar que King ha recurrido a Bane para demostrar que, al igual que el villano ya quebró físicamente al héroe en el pasado, hay otras maneras de romper a Batman. Mucho más sutiles y de las que una recuperación demuestra mucho más a las claras la clase de héroe que es. Todas estas pesadillas no son sino un profundo análisis del mayor fan de la psicología del universo DC.