«Puede que no sea como en los viejos tiempos, pero será mejor«

Me encanta esta serie. De verdad. Cuando cogí este tomo, el cuarto de la colección y el último dentro de la etapa de Renacimiento, esperaba una historia oscura en la que Simon y Jessica seguirían peleando con sus anillos y entre ellos para divertimento de los villanos… En lugar de eso me he encontrado con dos héroes maduros que se respetan mutuamente y se cubren las espaldas en todo momento, sin tensiones ni tonterías, embarcándose en su mayor aventura hasta el momento, una que les gradúa como Green Lanterns de pleno derecho y que hace que me quite el sombrero ante Sam Humphries (el cual intercambia series con Tim Seeley a partir del siguiente número y ya le hemos comenzado a disfrutar a saco en Nightwing).

Llevábamos ya bastante tiempo viendo a Volthoom manejando el destino de nuestra pareja protagonista tras haber poseído el cuerpo de Rami, el Guardián renegado. En este número, por fin, los planes del villano llegan a buen puerto y la restitución de sus poderes lo lleva a una desigual batalla contra los dos Lanterns de la Tierra. Sin embargo, lejos de acabar muertos o consumidos por el poder del espectro emocional, nuestros héroes son desplazados en el tiempo y el espacio para vivir una aventura que a buen seguro les va a marcar y que les exige esa pizca de evolución que les faltaba antes de independizarse de mentores y héroes experimentados.

«Llevo esperando esta batalla desde que era niño«

Humphries es muy consciente de la magnitud de la batalla que ha montado alrededor de sus personajes. Es por ello que pone a su disposición a unos aliados de enjundia, si bien serán los propios Simon y Jessica los que tendrán que sacar lo mejor de cada uno de ellos para poder, siquiera, tener la más mínima posibilidad ante su contendiente. Con todo, habrá más de una baja antes de que acabe este tomo y es a través de ello que el guionista logra dos cosas: por un lado engrandece la historia al dotarla de profundidad y consecuencias y, por el otro, al presentarnos a cada nuevo personaje de forma independiente y permitirnos cogerles cierto aprecio hace que los logros y las derrotas de nuestros protagonistas valgan el doble.

Green Lanterns: Renacimiento #4

El único pero que le veo a este tomo es el baile de dibujantes. No por falta de calidad, nada más lejos, sino por diferencia de estilos. Esa diferencia que hace que, por ejemplo, Tyran’r (a la derecha en la imagen sobre estas líneas) parezca un fiero león en manos de Eduardo Pansica y Robson Rocha y un gatito en manos de Carlo Barberi. Una lástima, porque pensaba que el vicio de reírse de la coherencia artística era algo puramente marvelita, pero parece ser que DC le está copiando a la Casa de las Ideas las buenas y las malas ideas.

Con todo, el cuarto volumen (en la edición de ECC) de Green Lanterns es el mejor hasta la fecha y deja las cosas encarriladas para que Tim Seeley pueda hacer magia con dos personajes que ya no necesitan presentación ni entrenamiento algunos. Los aprendices se han convertido en maestros y ya están listos para ser los dignos defensores de la Tierra.