«Te encanta la brutalidad, pero no tienes las agallas para pagar el precio total«

¡Sorpresa! Se acaba la serie de Escuadrón Suicida en ECC. Pese a que aún quedaban seis números norteamericanos por editar, la distribuidora de DC en España decide poner punto y final a la etapa en grapa de la colección hasta nuevo aviso. Parte de los números restantes se agruparán en la colección de Aquaman (con el que hacen un crossover) y el resto… a saber. Lo  cierto es que en Estados Unidos la serie se encuentra también en el limbo tras haber cumplido las cincuenta entregas y aún es pronto para saber cuándo, a lo largo de 2019, regresará, aunque queda claro que, de hacerlo, será con un nuevo equipo creativo. Y es una pena, porque el trabajo de Rob Williams con los chicos malos de DC ha sido sensacional. Hasta el punto de que yo cogí con pinzas la decisión de ECC de publicar la cabecera en formato grapa y he terminado postrándome ante ella y esperando cada nueva entrega como agua de mayo.

Con esto en mente, resulta harto complicado reseñar los dos números que nos ocupan hoy. En Escuadrón Suicida #23 asistimos al desenlace de Constricción, el breve cruce entre esta serie y la del Caballero Oscuro con motivo del secuestro de la hija de Deadshot por parte de Kobra. Desde el principio se ha adivinado en esta aventura el carácter de relato menor y apenas sorprende ver la facilidad con la que alcanzamos el clímax y la resolución del conflicto en esta segunda entrega (que corresponde a los números #43 y #44 de la versión norteamericana). Se trata de una historia con la que Williams trata de incidir en el aspecto menos ‘villanesco’ del tirador, algo que (por otra parte) ya han tratado de hacer muchos otros autores con anterioridad. Sin embargo, el final de la etapa de este guionista condenará a esta línea narrativa al limbo una vez más.

«Por mí, podéis pudriros«

Escuadrón Suicida #24 contiene en sus páginas el primer Anual de esta etapa. Una historia con la que damos la bienvenida a las páginas deceítas al bueno de Cullen Bunn (Patrulla-X Azul, Magneto) y en la que los principales actores de la formación salen del foco (están tratando de hundir de nuevo Atlantis) para dejar paso a un grupo repleto de caras nuevas e intrascendentes. El último número de la serie es, por desgracia, completamente irrelevante. Se trata de una historia corta en la que ni tan siquiera la presencia estelar de la Cosa del Pantano, logra arrancar otra reacción que no sea la del tremendo bostezo. Cuidado, porque Williams ha puesto el listón muy alto y ya no vamos a tolerar cualquier tipo de historia en esta cabecera.

Escuadrón Suicida #24

Y hasta aquí llegamos con Escuadrón Suicida. Su vuelta está cantada (más aún sabiendo que su filme contará con secuela, aunque sea a través de las Aves de Presa), pero de momento tendremos que contentarnos con el regreso a ECC de grandes desaparecidos como la Liga de la Justicia Oscura. A Rob Williams habrá que buscarle a partir de ahora lejos de las páginas deceítas (está escribiendo una cosita que se llama Project Superpowers para Dynamite) y habrá, también, que estarle eternamente agradecidos por haber demostrado que se podían escribir historias de gran calidad con algunos de los personajes más dados de lado de la editorial estadounidense.