Servamp #5

Servamp #4-6: Cada vez más shonen

Servamp #4«Esto me supera«

 

Seguimos con otros tres números de una serie que aumenta en interés y diversión conforme va madurando. Hace ya tiempo que Servamp dejó de poder encasillarse en el terreno del shojo (aunque bien es cierto que con este género comparte ciertas estéticas y narrativas) para entregarse por completo a un shonen bastante divertido y que recurre a algunas de sus técnicas más clásicas como pueden ser el fan service (aunque en muy bajo nivel) y, por supuesto, las peleas contra sub-jefes.

 

Pero la verdad es que esta mezcla de géneros le hace mucho bien a una colección que, sin ser original, divierte y siempre deja con el gusanillo de querer saber más, tanto de sus personajes como de las tramas que están protagonizando. El guión de Tanaka Strike no se está demorando demasiado en las manidas escenas del pasado que tanto pueblan este tipo de mangas e, incluso, ha recurrido a recursos muy interesantes para colarlas sin que resulten pesadas. En general, nos encontramos frente a una obra ligera y entretenida que se lee rápido y que, incluso, resiste la relectura.

 

«¿Dónde se ha visto un ángel tan violento?«

 

En la anterior terna de entregas dejamos a Mahiru, Tetsu y sus vampiros tratando de convocar al resto de servamps para luchar contra Tsubaki (servamp de la melancolía). En teoría, Misono debería contarse entre los organizadores de este evento, pero en Servamp #4 vemos como no aparece en la reunión y esta falta ocasiona que sus amigos vayan a investigar a su mansión, lo que derivará en una intensa batalla, una serie de revelaciones interesantes acerca de cómo funciona el contrato entre un servamp y su eve y un definitivo paso adelante por parte del mimado eve del servamp de la lujuria.

 

Servamp #5

Servamp #5

 

Una vez resuelto este trance (y contada la siniestra historia de la familia Arisuin… que hay que ver cómo se las gastan en Japón) llega el momento de conocer al servamp y al eve de la avaricia. Justo cuando creíamos que comenzábamos a comprender el juego servamp-eve aparece una pareja que se sale por completo del esquema, en la que no hay ningún tipo de respeto mutuo y en la que subyace una violencia y una sed de sangre in crescendo que resultan de lo más perturbador. Lawless es, por ahora, el más tocado de los siete hermanos vampíricos y también el más dispuesto a hablar sobre el pasado de la familia. Esta segunda parte, por encima del propio instinto asesino Lawless sobre su eve, es lo que va a condicionar todo lo que está por venir en los próximos números de la colección.

 

«Nunca me he alegrado de haber nacido vampiro«

 

Y es que Kuro, el servamp de la pereza que acompaña a Mahiru, siempre se ha cuidado de no hurgar demasiado en su propio pasado. Ahora, obligado por las circunstancias a confrontarlo, vuelve a abandonarse a su peligroso lado animal para terminar sufriendo un cambio que, finalizado el sexto número de la colección, seguimos sin saber cómo se revertirá… o qué efectos tendrá una vez resuelto. Al igual que la lujuria y la envidia eran los pecados capitales de la familia Arisuin, la pereza ha sido siempre el problema de Shirota, no tanto a la hora de hacer cosas, sino cuando toca confrontar los problemas.

 

Servamp #6

Servamp #6

 

Da comienzo en Servamp #6 un arco argumental interesantísimo en el que unos diezmados protagonistas tratan de evitar que Tsubaki siga ganando en poder a su costa. Por su parte, Mahiru se embarca en un ‘viaje’ para tratar de solucionar sus problemas con Kuro. Como decía al principio, Servamp es una serie que arranca un poco forzada, pero que ha ido ganando en interés y fuerza narrativa con cada tomo y que ahora nos tiene enganchados por completo. ECC vuelve a demostrar que tiene muy buen ojo para los mangas que se trae de Japón.

Acerca de RJ Prous

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En la soledad de mi beca Séneca en Zaragoza aprendí a amar el cine mierder. Volví a Madrid para deambular por millones de salas y pases de películas para finalmente acabar trabajando con aviones. Amante del cine y de sus butacas, también leo muchos cómics y, a veces, hasta sé de lo que hablo.

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