«Seré alguien de quien yo mismo pueda sentirme orgulloso«

¿Os acordáis de la serie de Perdidos? La ficción, que comenzó mezclando potentes dosis de drama con algo de misterio y algunos toques de ciencia ficción, terminó embarrancando en la primera (llega un momento en el que los pasados de los protagonistas no dan para más), enmarañó su segundo ingrediente y abuso hasta la extenuación del tercero. Todo hasta que llegó un momento en el que muchos espectadores, entre los que me incluyo, seguíamos enganchados más por la necesidad de saber hacia dónde demonios conducía todo ello que por el interés de lo que se nos estaba contando en el argumento.

A Servamp, que alcanza su duodécima entrega de la mano de ECC en España, le está pasando lo mismo. Desde que comenzó toda la trama de la C3 y entraron los magos en escena, la serie no ha dejado de dar tumbos y ha comenzado a abusar de las historias de personajes que nos importaban bien poco, haciendo que la trama se ralentice de una manera exasperante y que los lectores sólo sigamos con ella por ver cómo narices se solucionará todo el entuerto. Da la impresión de que la autora quisiera acabar con el manga, pero que desde la editorial en Japón no se lo permitieran. Porque la trama hace ya tiempo que no da más de sí y alargarla con capítulos como los que nutren a esta entrega es casi criminal.

«Eres un desgraciado que nunca actúa«

Me fastidia. Porque hubo un momento en el que estaba verdaderamente enganchado a esta serie, pero está ocurriendo aquí lo que vimos tan a menudo en Bleach o en el anime de Dragon Ball: las peleas se eternizan y en este tomo llegamos a un nuevo límite, viendo una única batalla que (condensada) se reduce a cuatro o cinco golpes por cada uno de los contendientes. El resto es paja. Son los pasados de los personajes involucrados que, en el caso de uno de ellos, ya conocíamos y, en el del otro, nos importaba poco o nada. Otro motivo que se me puede ocurrir para este terreno narrativo pantanoso es que Tanaka Strike no sepa muy bien cómo plantear la batalla final que se avecina y esté postergándola mientras decide qué hacer. Pero para eso habría sido mejor parar la serie.

Servamp #12

¿Qué hacer entonces? El manga sigue abierto en Japón y ha alcanzado los ochenta y tres capítulos (en España ECC le pisa los talones con el setenta y uno que cierra este volumen). Strike aún tiene tiempo de corregir el rumbo y retomar la narrativa divertida y agradable que me había enganchado desde un primer momento. Si no, correrá el riesgo de que ya sólo me interese saber cómo acaba. Y esto es muy peligroso en la era de internet en la que vivimos.