Superman: El Hombre de Acero

Superman. El hombre de acero vol. 4: Enemigo mío

Superman: El Hombre de AceroEste cuarto tomo de las historias de John Byrne al frente de Superman podría haberse denominado «el volumen de los villanos» o algo similar, ya que es en estos donde el autor centra su mirada. El Amo del Tiempo, Sleez y Darkseid, Lex Luthor, Joker, y Mxyzptlk ponen en jaque a nuestro héroe explotando sus debilidades, al tiempo que ellos mismos se definen como personajes. A este respecto, la mejor radiografía que encontramos es la que se hace del carismático Luthor en Metrópolis: 1440 km (Superman #9), un pequeñísimo relato en el que el villano es el absoluto protagonista, logrando así la libertad de mostrarse tal y como es: un sádico que disfruta torturando las esperanzas y sueños de la gente.

 

El tomo arranca con la resolución de la trama que aliaba a Superman con la Legión de Superhéroes, despejando todas las dudas que nos presentaban los capítulos anteriores. Mostrando así que lo que parecía tan enrevesado hace unos meses, no lo es tanto; gracias a un par de páginas explicativas y un capítulo a modo de epílogo (Legion of Super-heroes #38) que atan todos los posibles cabos sueltos. Este recorrido por las mentes criminales que asolan Metrópolis recibe a un inesperado visitante de Gotham, y nos ofrece tres historias (de dos capítulos cada una) en las que el kriptoniano nacido en La Tierra debe luchar contra unos poderes incontrolados, exprimir su ingenio y demostrar su fuerza de voluntad.

 

Quizás este volumen sea el más oscuro de cuantos llevamos hasta ahora. Siniestro incluso. Con El Joker, como es habitual en él, las muertes están permitidas, y aunque el relato se desinfla en cuanto el malvado payaso desvela sus planes, siempre hay algo de retorcido en su gas de la risa y en su puesta en escena, que intenta pervertir los símbolos heroicos. Aunque para perversiones, las de la historia que enfrenta a Clark y Sleez, con Darkseid como testigo y el matrimonio formado por Big Barda y Mister Milagro como aliados de nuestro héroe. Sea comparable a un dios o no gracias a sus poderes, esta no es razón alguna para intentar justificar el fondo machista de este doble capítulo (Action Comics #592-593)*.

 

Así mismo, no podemos olvidar a Lex Luthor ni a Mxyzptlk, personajes que están por encima del bien y del mal. El primero es consciente de esta condición; Byrne se ha encargado de otorgarle una posición en la que ni las autoridades pueden tocarle. Astuto, perverso, rencoroso, egoísta… es la némesis perfecta del hombre de acero, al que reta constantemente sin ensuciarse las manos y sin salir de su despacho. En cuanto a Mxyzptlk, para él todo es un juego. Un juego en el que se permite hacer trampas con tal de salir victorioso. Ahora que en la serie mensual de Grant Morrison se ha presentado al personaje, es interesante comparar ambas caracterizaciones. Mientras que Byrne lo muestra como un ser que planea retorcidos juegos solo para divertirse, llega y actúa de forma arbitraria; Morrison lo carga de resentimiento hacia Superman, señalando al héroe responsable de todas sus desgracias.

 

Un héroe se mide por sus enemigos, y los ideados por John Byrne para el hombre del mañana son enormes. Este cuarto volumen de El hombre de acero es una lectura obligatoria para profundizar en el personaje y su entorno.

 

Superman: El Hombre de Acero

 

*[SPOILER] La trama coloca a Big Barda bajo el control mental de Sleez (un antiguo acólito de Darkseid desterrado en La Tierra y que vive en los guetos de la ciudad), que la obliga a mostrar carne y a protagonizar vídeos de alto contenido erótico para vender en la calle. Hasta aquí, bueno, el cambio de vestuario al que se ve sometida es gratuito y denigrante; pero el fondo del proxenetismo resulta interesante, pues introduce problemáticas del mundo real en relatos de seres superpoderosos, sembrando una semilla de crítica y denuncia en el cómic. Pero esta frase pronunciada por Sleez resulta muy ofensiva: «Igual que a una persona hipnotizada no se le puede obligar a hacer nada que no haría normalmente… los férreos valores de Superman hacen que se resista a mi poder«. ¿Y cuándo la dice? Al tomar la mente de Superman, que se resiste a besar a Barda, quien a estas alturas ya ha protagonizado uno de estos «sucios» vídeos. Y si no se puede forzar a nadie «a hacer nada que no haría normalmente» y la heroína ya ha sido obligada con éxito… Exacto. Nos da a entender que mientras Kal-El es un hombre puro, de una moralidad inquebrantable, digna del conservadurismo más rancio, Big Barda es más flexible y lo de protagonizar vídeos calientes es lo más normal del mundo para ella. [FIN SPOILER]

 

Acerca de Daniel Lobato

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El padre de todos, pero como a Odín, se me suben constantemente a las barbas. Periodista de vocación cinéfila empecé en deportes (que tiene mucho de película) y ahora dejo semillitas en distintos medios online hablando de cine y cómics. También foteo de cuando en cuando y preparo proyectos audiovisuales.

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