Abdellatif Kechiche y Adèle Exarchopoulos

Abdellatif Kechiche: «No me gusta el discurso militante y he querido dar más importancia a la historia de amor»

Uno de los aspectos más interesantes de La vida de Adèle es la meticulosidad con la que está dibujada su protagonista, interpretada por Adèle Exarchopoulos (con quien ya hablamos acerca del film). Por ello, no hemos querido dejar pasar la ocasión para preguntar a su director, el francotunecino Abdellatif Kechiche, acerca de la configuración del personaje, tanto desde esta perspectiva más perfeccionista de detallar hasta el más mínimo tic del personaje, como desde la óptica más íntima del mismo. Abdel nos habla también de la importancia del amor en el film y el dolor que puede provocar.

 

Abdellatif Kechiche y Adèle Exarchopoulos

 

La valentía de Adèle

 

Esperaba desarrollar con Adèle una especie de personaje de novela iniciática, y seguir a través de una introspección del personaje, su itinerario de vida, todas las pruebas que ha sufrido y todas las que irá siguiendo. Quería desarrollar este valor, esta aspiración a vivir de manera libre las cosas, con total libertad, todas las pruebas a las que va a tener que enfrentarse y que harán de ella la mujer que ya podemos dibujar con esta película.


Los pequeños tics y manías de Adèle

 

Se trataba de mostrar la evolución de una chica que se iba a convertir en mujer. Al principio de la película es torpe, se sube el pantalón, o mueve la boca de una cierta manera, o las maneras de estar… Ocurre muy a menudo cuando están ecolucionando. Como la coquetería de tocarse un poco el pelo para darse más seguridad en sí misma. Y a medida que evoluciona el personaje va quitándose esos tics, como lo de subirse el pantalón. Digamos que encuentra su columna vertebral, su posición, y le queda solo esta pequeña coquetería del pelo y dos o tres más que, sin duda, conservará durante mucho tiempo.

 

La forma de dormir es reveladora

 

Dormir no es un acto social. Es algo muy personal. He observado a mucha gente, incluso en una edad muy avanzada, que seguían chupándose el dedo gordo para dormir. No habían podido quitarse ese tic. Siempre tienes una posición en el sueño que has adquirido desde que eras pequeño: boca arriba, boca abajo, de lado, con la boca abierta… y que recorre toda tu vida. Me parece muy emotivo, a veces cuando ves a alguien al dormir, aunque sea una persona adulta, vuelves a ver al niño.

 

Libertad sexual

 

Evidentemente subyace un discurso, pero no me gusta el discurso militante, demasiado pronunciado, y he querido dar más importancia a la historia de amor. Los otros temas están presentes, claro, pero no tenían que estar por encima de la historia de amor. Quería que la película llegara lo más directamente posible al espectador, a sus emociones y no hacer un discurso. También es un manera de decir que está pasado de moda pensar que el amor tiene que expresarse únicamente en una forma. Estamos viviendo una época en la que la juventud ha superado todas estas restricciones. La preferencia que puede tener una u otra persona con una sexualidad X es completamente independiente del amor que puedas tener hacia una persona. La película dice que puedes amar a un hombre o a una mujer y que no hay unas directrices que digan «esto es lo que es el amor».

 

Los diferentes orígenes y aspiraciones de Adèle y Emma como obstáculos para su relación

 

Este tema estaba muy presente en la idea de partida –incluso en la elección de las actrices, pues ambas pertenecen ya a clases sociales distintas–, cómo el amor absoluto puede superar las diferencias sociales. Y en ese sentido expreso una cierta forma de pesimismo, porque al final es lo que las separa. La atracción sigue siendo la misma, incluso cuando vuelven a verse después de la ruptura se siguen deseando de la misma manera. Te das cuenta de que hay un deseo real, físico, entre ellas, pero esta diferencia hace que no puedan seguir juntas.

 

El amor absoluto puede ser doloroso

 

Todos hemos observado en las grandes historias de amor –y quizás eso es lo que hace que sean grandes– el dolor que se imprime en la ruptura, pero que también nos carga de algo que va transformándonos y hace que cambiemos, que evolucionemos. Desgraciadamente suele ocurrir algo muy doloroso que es la ruptura. Lo más doloroso que nos puede ocurrir en la vida después de una historia de amor, es la ruptura. Es una forma de duelo, o quizás algo más doloroso que el duelo.

 

Acerca de Daniel Lobato

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El padre de todos, pero como a Odín, se me suben constantemente a las barbas. Periodista de vocación cinéfila empecé en deportes (que tiene mucho de película) y ahora dejo semillitas en distintos medios online hablando de cine y cómics. También foteo de cuando en cuando y preparo proyectos audiovisuales.

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