Uno se cree que sabe algo de series hasta que se ve atrapado en la vorágine de los podcaster y bloggers especializados en este segmento del ocio. Este martes y 13 de marzo hemos asistido a la puesta de largo de la nueva apuesta de Movistar+ (y de la NBC en Estados Unidos, donde se emite con horas de diferencia) de la mano de Birraseries y hemos tenido ocasión de comprobar el espectacular estado estado de salud de un colectivo que cada vez se diferencia y diversifica más frente a otros como el cinéfilo -aunque desde aquí defenderemos hasta la muerte la coexistencia en paz y amor de todo lo que suponga un aporte de cultura-.
En fin, que en el Nuevo Teatro Alcalá hemos podido ver el primer episodio de Rise, la nueva producción Jason Katims, el responsable de otros éxitos de crítica y público como Friday Night Lights o Parenthood. Para ello, y tras un agradecido canapé a esa hora de la tarde en la que el día pesa demasiado y la cena queda lejos, Fernando Jerez (director de contenidos de Movistar+) y Álvaro Onieva (coordinador de Birraseries) nos han dado una breve introducción antes de entrar en materia.
Rise nos cuenta la historia de un profesor de literatura (Josh Radnor) que se hace cargo del grupo de teatro de un instituto en un pequeño pueblo estadounidense con la esperanza de reencontrarse con su vocación por la educación y con la idea de dejar huella cambiando las periódicas representaciones de Grease y musicales afines por obras de mayor enjundia y profundidad interpretativa. Como no podía ser de otra forma, su apuesta y sus decisiones tendrán un efecto inmediato sobre una comunidad acostumbrada a dejarse llevar por la cotidianidad de la vida.
Tras esta suerte de sinopsis nos encontramos con una suerte de Club de los Poetas Muertos en la que, en lugar de declamar ‘¡Oh capitán! ¡Mi capitán!‘, los estudiantes se encontrarán ensayando Spring Awakening, una obra alemana de finales del siglo XIX protagonizada por personajes adolescentes y que trata temas tan actuales como el embarazo a esas edades, el suicidio o la homosexualidad. A partir de ahí nada nuevo bajo el sol, tenemos a la eterna estrella desplazada, al niño de papá y mamá que deberá asumir su orientación sexual, a la estrella del fútbol que (¡sorpresa!) resulta que es un actor y cantante nato… Poca novedad para una serie de diez capítulos (la primera temporada, veremos si hay más) que aspira a recoger el testigo de This is Us.
¿Funcionará la apuesta? Tener, tiene los ingredientes necesarios (fuertes dosis de drama y personajes variados con los que es fácil identificarse), pero su falta de innovación puede ser fácilmente su talón de Aquiles. Aparte, en este primer episodio gran parte del pescado parece estar vendido: tenemos el momento rebeldía estudiantil, la opresión del poder establecido ejercida por el director y el entrenador del equipo de fútbol… Muchas tramas parecen abrirse y cerrarse en el mismo episodio (aunque otras muchas quedan preparadas para los nueve que están por venir). Personalmente, vuelvo a enamorarme de Radnor, un actor que ha crecido muchísimo desde que dejó de ser Ted Mosby (haceros un favor y veros HappyThankYouMorePlease) y que aún tiene mucho que ofrecer. Gran parte del mérito en el éxito o el fracaso de esta obra reposa sobre sus hombros.
Para cerrar el evento, a Jerez y Onieva se les han unido Alberto Rey (El Mundo), Marina Such (Fuera de series) e Isabel Samaniego (Reino de Series) para, a través del coloquio, tratar de adivinar hacia dónde puede ir la serie a partir de ahora y reflexionar sobre las ficciones musicales y adolescentes de las últimas décadas en la televisión a ambos lados del charco.
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