Fin de ciclo. Sí, sé como suena. Es una sentencia muy aventurada, sobre todo teniendo en cuenta como se las gastan en DC Comics y más con la figura de Superman, que de pronto se lo cargan e inician un «renacimiento» para nuevos lectores, pero se traen a un Superman de otra línea temporal, el muerto incordia más que cuando estaba vivo, aparece un ejercito de aspirantes a Super… y de repente ves que para entender un supuesto número #1 necesitas empollarte una montaña de tebeos previos. Pero sí, por lo leído en Superman: Actions Comics #3 y #4 (que publica ECC Ediciones) parece que se avecinan nuevos tiempos.

Pero en los dos cuadernos que nos ocupan siguen resonando los ecos de la saga Los últimos días de Superman y la cabecera Superman (y Liga de la Justicia, aunque en menor medida) también está bastante presente, con lo que es recomendable seguir Action Comics y Superman en paralelo para no perder detalle y que aparezcan lagunas en la lectura que no podamos resolver. Un conflicto similar lo encontramos en Superwoman, cuyo primer volumen es imprescindible leer antes de Action Comics #3 para evitar uno de esos spoilers que te dejan pegado al asiento.

Esta interrelación con tantas series tiene su razón de ser, su evidente razón de ser. Hablamos ni más ni menos que del Hombre de Acero, eje central del universo deceíta. Con el modelo de consumo actual en el que todo está interconectado es inevitable que aquí y allá el el camino de Kal-El se cruce con el de otros muchos héroes, más aún cuando la franquicia supermanera se ha vuelto tan amplia en los últimos tiempos y hasta Lex Luthor quiera formar parte de la Superfamilia.

Superman: Action Comics #3-4 sirven para cerrar, a grandes rasgos, la trama iniciada en Superman: Lois y Clark – La llegada y Los últimos días de Superman. Las consecuencias directas de la muerte del Clark Kent de los nu52 se han seguido notar hasta aquí: la decisión de Luthor de postularse como Superman, la integración de los «nuevos» Clark y Lois junto a su retoño en esta Tierra… algún cabo suelto queda todavía, pero es comprensible para que Dan Jurgens (guionista de esta etapa que nos ocupa) pueda seguir desarrollando su historia y conservando cierto misterio que mantenga el interés del respetable.

Uno de los aspectos más interesantes del enfoque que se le ha dado a esta nueva etapa de Action Comics es que el protagonismo es compartido. Kal-El no es el centro absoluto sobre el que giran los acontecimientos. Al igual que en Superman Jon tiene una presencia destacada (tanta como para haber conseguido su propia cabecera), en esta serie Lois y Lex gozan de su cota de protagonismo. De hecho, en estos dos volúmenes ellos son los principales protagonistas con sendas tramas que vienen a concretar su estatus en la etapa que se iniciará con Superman Renacido. Un aspecto que subraya esa sensación de fin de ciclo. Veníamos de unos largos meses en los que el reparto principal de la franquicia se encontraba desubicado, y los dos arcos argumentales que tienen lugar en estas páginas (Lois Lane vuelve al Planet y Los hombres de acero) recolocan a estos protagonistas en un entorno -por otra parte- siempre cambiante.