En la que es la recta final de Trinidad (que publica ECC Ediciones) James Robinson se pone a los mandos de la colección (aliándose con dibujantes como Jack Herbert o Patch Zircher) y alinea el destino de la misma a uno de los temas principales del «renacimiento» de Wonder Woman: la búsqueda de Isla Paraíso. Aunque luego, como era de esperar, la historia transcurra por otros derroteros

 

Porque en lugar de llegar a Themyscira, el trío protagonista acaba en Skartaris, que vendría a ser un mundo análogo de la Tierra Salvaje marvelita y que Diana visitó, por ejemplo, durante la etapa de Phil Jiménez. Este escenario lleva la aventura al contexto de la fantasía heroica. Bárbaros que visten botas y taparrabos, orcos, especies antropomórficas, brujería y misterios mágicos… todo lo que podéis esperar de este tipo de relatos lo vais a encontrar en estas páginas.

 

«¿Y cuál es el plan, Bruce? Nunca me ha parecido que actúes sin uno«

 

La primera parte de la historia presenta ciertas incongruencias respecto a la narración y algún diálogo (o traducción, ¡a saber!) no corresponde a la forma en la que deberían hablar los personajes o que obvian el conocimiento de Wonder Woman de la historia de Skartaris. Pequeños detalles que dan cuenta de un trabajo perezoso en la confección del relato. Aunque también es cierto que Robinson no tiene mayor ambición que la mencionada antes, construir una fantasía heroica para la Trinidad.

 

En este sentido la historia funciona a la perfección. Se lee con mucha agilidad y la separación de la acción en dos a través de flashbacks ayuda a transmitir el flujo de información sin revelar nada antes de tiempo. Es cierto que algunos de los conceptos apuntados a lo largo de las cinco entregas que ocupa el arco argumental no quedan muy definidos o no son explotados del todo, pero cumplen sobradamente su función, ya sea para favorecer el desarrollo de la trama o para dar la oportunidad de concebir determinadas viñetas.

 

 

Una vez que Trinidad consiguió despegarse de sus relaciones con otras series y se ha atrevido a jugar con su trío protagonista es cuando ha mostrado su valor y ha ofrecido su mejor cara. Lástima que, como suele suceder (lo vimos por ejemplo en su día con Ultimate FF), haya que esperar a que se anuncie el cierre o la cancelación de la serie de turno para que los autores, ya sin nada que perder, sean valientes. En este caso particular, además, el «miedo escénico» de trabajar con los tótems deceítas a buen seguro que ha tenido mucho que ver.