Pues con este par de entregas finaliza la etapa de Dan Jurgens como autor de Superman: Action Comics que ECC Ediciones ha venido publicando en formato rústica, siguiendo el formato de series como Batman: Detective Comics, Wonder Woman o Nightwing. Los números #9-10 han dado la oportunidad al autor de dar una última vuelta de tuerca a las tramas que venía desarrollando hasta el momento, así como para dejar un cierre bien definido antes de la celebración del Action Comics #1000 y, más importante, de la llegada de Brian Michael Bendis a DC Comics y al entorno supermanero.

«Dices que el poder absoluto corrompe por completo, pero no deberías aplicárselo a Superman«

Para este final de saga (y de colección) Jurgens se trae un inesperado compañero de aventuras para Clark. Booster Gold tiene la misión de hacer de «niñera» al hombre de acero cuando este decide viajar al pasado para descubrir la verdad acerca de Oz, el villano que estuvo amargándole la existencia a su familia y a él durante una larga temporada y que luego resultó ser alguien bastante cercano. Esta decisión lleva a los dos personajes a viajar por diferentes épocas, e incluso a interactuar con escenarios divergentes de la realidad que conocemos. Jurgens fabula con un posible pasado idílico que habría alterado el presente tal y como lo conocemos, pero también echa un vistazo a un más que probable futuro para uno de los enemigos más poderosos del kriptoniano. Este juego con el espacio-tiempo sirve al autor para rescatar personajes que llevaban tiempo sin cruzarse en el camino de Superman, así como para recordarnos que el pasado no se puede cambiar, pero que el futuro no está escrito.

En paralelo a esta trama, Lois Lane también tiene una difícil misión entre manos que tiene como objetivo reencontrarse con su padre, el general Lane. Sin el comodín de Superman, Lois hace valer su condición de súper-periodista para conseguir cosas imposibles y demostrar que si se propone hacer algo, no hay nada ni nadie que pueda impedírselo. Más allá de eso, poco interés reviste esta acción paralela a la historia principal. Jurgens ha terminado demostrando que Lois y el pequeño Jon no le interesan demasiado y así, poco a poco, ha ido reduciendo su participación en la cabecera de forma considerable. Aún así, la intrépida periodista ha seguido dando guerra hasta el final, cosa de la que nos alegramos.

A pesar de ello, la de Dan Jurgens ha sido una etapa convincente. Sin grandes alardes ha conseguido mantener un nivel medio, muy entretenido. Esta no será recordada como una de las grandes etapas del personaje, pero ha sabido redirigir el rumbo que había perdido el personaje desde que los experimentos de los nuevos 52 y Renacimiento se les fueron de las manos a editories y guionistas.