Mashle: Magic and Muscles

Lecturas Pandémicas. Mashle: Machacando a Harry Potter

MashleHace décadas, la irrupción de la saga de Harry Potter cambió el panorama literario mundial para siempre. Se hablaba mucho por aquel entonces del poco tiempo que pasaban los más jóvenes leyendo un libro (un tema recurrente que aún hoy sigue en boga) y de lo difícil que lo tenían Ivanhoe, el capitán Nemo o D’Artagnan para competir con los iconos televisivos de la época. No es que ahora sea más fácil la batalla para los héroes literarios, pero JK Rowling demostró que había una manera, que pasaba por crear nuevas historias, con un nuevo lenguaje, que dieran lugar a nuevos héroes para las generaciones a las que los relatos de caballería o aventuras por tierras lejanas ya no llevaban. Harry Potter, al margen de las críticas (muchas) que habré llegado a leer y escuchar a lo largo de los años desde entonces y respetando a las novelas y sagas a las que Rowling tomó como inspiración, abrió la veda para que aparecieran después Los Juegos del Hambre, la saga Crepúsculo y tantos otros éxitos que han logrado devolver a los adolescentes el placer de la lectura.

 

Leí las aventuras de Harry, Ron, Hermione y el resto de magos y brujas de Hogwarts con deleite. Fui de los que se compraban los libros en inglés porque así los podía leer antes y me ahorraba spoilers innecesarios y fui también de los que sintió algo así como asomarse al abismo cuando pasé la última página de Las Reliquias de la Muerte. Por suerte llegó a mi rescate El Amuleto de Samarkanda, una novela que abría una nueva saga, que nacía al calor de lo contado por Rowling y en la que su autor, Jonathan Stroud, le daba una vuelta de tuerca a todos los conceptos que habíamos interiorizado durante la última década. Stroud se planteaba una cuestión muy sencilla: En un mundo con magos poderosos, ¿en serio tratarían estos de pasar desapercibidos ante la comunidad no mágica? Y, si magos y no magos eran conscientes los unos de los otros, ¿no serían los primeros los que dirigirían las vidas de los demás?

 

El autor creó una sociedad nada igualitaria que ahora encuentro reproducida en Mashle, de Hajime Komoto. Una sociedad en la que sólo los practicantes de la magia tienen oportunidades de crecer y prosperar y los que no poseen dotes mágicas han de tratar de pasar desapercibidos, para no ser aniquilados por los primeros, en un intento por mantener pura la estirpe genética que garantiza la existencia de magos en las generaciones venideras.

 

¡Guao! ¿Pureza genética y exterminio ya en el primer capítulo? Mucho para un manga de la Shonen Jump, ¿no? Ni mucho menos.

 

Mashle: Magic and Muscles

Mashle: Magic and Muscles

 

Mashle: Magic and Muscles nos presenta a Mash Vandead, un chaval incapaz de hacer magia al que su padre ha mantenido escondido hasta la llegada de su adolescencia y le ha sometido a un entrenamiento salvaje que ha convertido a nuestro protagonista en un portento físico con la capacidad para rivalizar con las mayores hazañas mágicas de sus coetáneos, pero con un carácter dócil y tranquilo que no busca problemas y que tan sólo pretende vivir una vida tranquila en el bosque. Por supuesto, esta situación se irá pronto al traste y Mash se verá obligado a inscribirse en la más prestigiosa academia mágica de su país. Pero no os esperéis por aquí a una versión shonen masculina del Little Witch Academia que nos ha conquistado desde Netflix, porque Mashle no va para nada en esa dirección.

 

La serie de Komoto se parece más a un cruce entre One Punch Man y Harry Potter en el mundo de El Amuleto de Samarkanda. A Mash nada puede detenerle no hacerle cambiar de expresión. Los retos los supera simplemente haciendo uso de su desproporcionada fuerza y su carácter incansable. Pero ha de prosperar en una escuela en la que no sólo no es bienvenido, sino que ha de lograr acumular puntos (sí, a lo Potter) a costa de unos méritos que, en principio, no es capaz de lograr. Como en One Punch Man, la serie pivota a través de una acertada selección de personajes secundarios y un descacharrante humor absurdo que hace que los actuales trece capítulos (a la fecha en que este artículo ha sido escrito) accesibles desde la aplicación de Manga Plus se lean del tirón sin apenas darnos cuenta. Si llegará a España es algo que sólo sabremos cuando esta historia lleve algo más de rodaje, pero se trata, sin duda, de una apuesta muy divertida dentro del panorama shonen actual.

Acerca de RJ Prous

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En la soledad de mi beca Séneca en Zaragoza aprendí a amar el cine mierder. Volví a Madrid para deambular por millones de salas y pases de películas para finalmente acabar trabajando con aviones. Amante del cine y de sus butacas, también leo muchos cómics y, a veces, hasta sé de lo que hablo.

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