«Me da que a éste le falta un tornillo…«
Cerraba el artículo de hace un par de meses sobre Mashle #14 hablando de Zatchbell, pero no tengo porque irme tan lejos ya que actualmente Dandadan, de cuyo décimo tomo ya tenéis la reseña online, mezcla con bastante tino chistazos y espectaculares escenas de acción en cada capítulo. El manga de Hajime Komoto que publica Norma Editorial en nuestro país, sin embargo, ha ido relegando el humor a una esquinita cada vez más y más marginal conforme la trama se ha ido acercando a su clímax y el resultado es que ahora no podemos diferenciar a esta historia de ningún otro shonen del montón. Mashle ha abandonado su propia identidad en un intento de encajar entre la miríada de historias similares que cada semana se pueden leer en las revistas manga japonesas.
Hace poco que se ha estrenado la segunda parte de Del Revés en cines y justo nos encontramos con una trama muy similar a lo que está ocurriendo aquí. No quiero hacer spoilers para quienes aún no hayáis ido al cine, pero en ella nos encontramos con que Riley acaba de entrar en la pubertad y en ella despiertan sentimientos como la ansiedad por encajar en el ‘gran grupo’, aunque ello signifique dejar de lado a quienes nos han acompañado toda la vida. Se habla también de la identidad y de la manera en que ésta se construye y cómo podemos renunciar a ella en circunstancias concretas… Y es que jo*er, parece que Komoto y su obra estuvieran ahora mismo pasando por la pubertad viñetística, porque en este tomo la frase que abre este artículo es lo más cercano a un chiste que vamos a encontrarnos y el resto del tiempo únicamente vamos a leer como todos los aliados de Mash van cayendo uno tras otro ante el poder imparable del hijo mayor de Innocent Zero.
«¡Tengo que acabar con él de una vez por todas!«
Me consta que en Japón Mashle se enfrentó a una caída en picado en las encuestas de popularidad y es muy probable que esto respondiese a una caída en lo repetitivo, primero, y a esta huida hacia adelante a continuación. Puedo comprender que el humor de este manga terminara haciéndose demasiado similar de un capítulo a otro, pero la solución nunca debió pasar por cambiarle el corazón a esta historia, sino en aprender a mezclar con sabiduría los momentos de pelea con los de chistes y cachondeo. Meter esta larguísima trama de muerte y destrucción lo único que logró fue hacer que más gente se bajara del barco y que sólo el anuncio de su paso al anime lograra evitar la cancelación de este cómic.
Regresa el protagonista al fina de este volumen y esperemos que con él vuelva un poquito de buen rollo a la trama (aunque las esperanzas son pocas). Si buscáis mangas de peleas los hay a patadas mejores que éste en el mercado, pero lo cierto es que Mashle #15 tampoco es un bodrio imposible de leer y, si no habéis leído nada de shonen en vuestra vida, es posible que hasta lo disfrutéis y lo recordéis en el futuro con cariño. Si no, daros por avisados de que el humor fue muerto y enterrado hace ya mucho en las páginas de este tebeo japonés.
Deja un comentario: