«Su optimismo y empeño por no dejar nunca atrás a los débiles es lo que le otorga su verdadera fuerza«

Pues casi sin darnos cuenta ya estamos aquí con la primera decena de números de Mashle a nuestras espaldas. De esta nueva lectura (comencé a leer esta serie en inglés y a través de la plataforma de Manga Plus) me quedo sobre todo con una traducción fabulosa por parte de, no podía ser de otra forma, Marc Bernabé y con la sensación de que la historia va asentándose desde unos primeros tomos algo más caóticos y centrados en el gag por el gag a los actuales, que ya persiguen sin tropiezos una historia principal en la que Mash sigue siendo una máquina de destrozar caras y sus compañeros son quienes han de ir desarrollando nuevas técnicas y estrategias para no quedar olvidados en cada nueva y más complicada batalla. Todo esto hace que la lectura en los tomos que publica Norma Editorial sea una gozada, máxime sabiendo que en esta edición nos encontramos con breves historias extra, comentarios del autor, etc.

La gran batalla contra Innocent Zero queda atrás en un Mashle #9 que comienza con humor al más puro estilo del que caracteriza a esta serie. Tenemos un capítulo de los amigos yendo a la playa (un habitual de las series shonen que aquí, por supuesto, viene con una vueltita loca) y un par más que llevan a nuestro protagonista as enfrentarse a su peor enemigo hasta la fecha: los exámenes parciales. Las risas y el cachondeo (en serio, a veces siento que Mash es una suerte de mascota hipervitaminada para el resto de personajes) se terminan cuando a Mash, Dot y Lance los convocan para la prueba final del examen para convertirse en nuevos Visionarios Divinos. Al margen de una breve escena de presentación para que vayamos conociendo a algunos de los que ya ocupan este importante puesto en el mundo mágico, comienza aquí una nueva saga en formato de torneo que va a enfrentar a los alumnos de la escuela Easton con los de la escuela Walkis, una suerte de Slytherin llevado a un límite muy loco, como suele ocurrir en este manga.

«Una madre es el único ser en toda la existencia capaz de dar amor incondicional«

Conocemos pues a un nuevo grupo de estudiantes contra los que van a luchar nuestros protagonistas a través de los Mashle #10 y #11 y entre los que está nada menos que otro de los hijos de Innocent Zero, un chaval obsesionado con la idea de acabar con Mash, a quien considera su némesis y su contrario natural. La trama nos va a llevar a contemplar nuevos enfrentamientos y nuevas idas de olla (lo de los topos me mata) hasta que Mash y Domina terminen por enfrentarse en Mashle #11 (que sale a la venta este mismo mes de abril) por el poder de la varita que los elegirá como Visionarios Divinos.

Mashle #10

Mashle continúa siendo fiel a un estilo propio muy bien definido en el que el protagonista (como ocurre con One Punch Man) es un mero recurso humorístico la mayor parte del tiempo y que cuando deja de serlo lo hace para convertirse en el portador de los ideales de Hajime Komoto, el autor de este shonen manga. La serie, en su décima entrega, sigue siendo igual de divertida que al principio, si bien quizás haya ido ganando en consistencia argumental y en la profundidad de sus personajes. Este mes, además, llegará a nuestras pantallas la versión animada de la serie a través de Crunchyroll. Yo no me la perdería por nada del mundo