Superman

Superman #14-18 (#69-73): De tránsito

SupermanEn esta tanda de cuadernos de la colección de Superman (publicada por ECC Ediciones) nos encontramos con un puñado de aventuras de no más de dos capítulos cada una que nos sirven para seguir disfrutando de la vida familiar de Lois y Clark junto al pequeño Jon. La llegada de Brian Michael Bendis a la colección está al caer, y los guionistas encargados de llevar la transición saben que no se deben complicar demasiado. Es por ello que asistimos a historias, por lo general, de poca enjundia, pero capaces de dejar ideas interesantes de cara al futuro.

 

En el primer número (Superman #14) Clark aprende eso de «cuando seas mayor lo entenderás» y vive en sus carnes las mismas dudas con su pequeño vástago que las que tuvo su padre con él. Y aún sin estar presente, nuestro héroe recoge una nueva enseñanza de Jonathan Kent. La paternaidad no es una tarea tan sencilla como la de salvar Metrópolis del maloso de turno. Y de ahí saltamos a un capítulo que rinde homenaje a los héroes anónimos de EEUU. Declaración (así se llama este arco argumental) es una lectura muy patriótica que, a pesar de la distancia que nos separa respecto al sentimiento estadounidense, sabe apelar a la emoción del lector en más de una ocasión. Aunque, las cosas como son, si lo que os interesan son aventuras que incidan en la biografía de los personajes, aquí hay poco donde rascar. Para la vida de nuestros personajes, es una historia sin mayor trascendencia.

 

Esta intención se acrecienta mucho más en Superman #15, que cierra esta pequeña aventura alejada del caos propio de los combates entre superhéroes y villanos. Es una pena que el carácter de tributo a los norteamericanos muertos en combate desde la Guerra de la Independencia hasta la de Irak en 2003 no se haya llevado con el merecido detalle. Y aquí toca un tirón de orejas para quien corresponda del equipo creativo. En Superman #15 aparece un pequeño grafiti bajo un mural de la 2ªGM que dice «Killroy estuvo aquí«, añadiendo, porque sí, una «l» más al nombre original: Kilroy. Y es que esta fue una pintada muy popular entre las tropas del país americano durante la contienda, como podéis leer en su entrada en Wikipedia.

 

Lois Lane

 

Acto seguido, un giro radical que nos lleva hasta Superman #16 y tiene al miedo como protagonista. Por la portada del citado cuaderno podéis comprobar que Sinestro tiene algo que ver, por lo que no vamos a entrar en más detalle, pues además de fijar al personaje como posible amenaza futura, su intención es la de captar lectores para la colección de Green Lantern. No reviste más interés. Sí que es reseñable, sin embargo, la perspectiva ante esta peligrosa emoción que tiene Superman ahora que es padre. Lo mismo puede decirse respecto al siguiente arco, con Deathstroke como enemigo, y que emplaza a la colección del sicario. Ahora bien, la revelación final del relato (en Superman #17) y el enfoque del mismo, con Lois Lane tomando una posición muy activa, de coprotagonista, lo hacen especialmente interesante.

 

Superman

 

Es Imperiux Lex (que arranca en Superman #17 y se extiende hasta Superman #19) la historia que más promete. Pero se queda en nada. Peter J. Tomasi y Patrick Gleason son los artífices de este arco en cuatro partes que devuelve a Lex Luthor al tablero de juego y lleva a la familia supermanera a la salvaje Apokolips. Dos elementos estos que hacen presagiar una historia épica, con mucha acción en la que Clark y Jon puedan dar rienda suelta a sus poderes kriptonianos. Y así sucede, pero casi ni nos damos cuenta. ¿Cuál es el problema? Que la complejidad de los elementos que hay sobre la mesa, así como la situación de la que parten los protagonistas, piden una historia en cinco o seis partes para explorar en condiciones las posibilidades que ofrece. Sin embargo la dupla de guionistas lo comprime todo lo que puede, ofreciendo una aventura en la que Doug Mahnke, Ed Benes y el resto de dibujantes muestran toda su espectacularidad a los lápices, pero muy descafeinada en cuanto a guion, con resoluciones bastante precipitadas que no aprovechan sus potentes imágenes (fijáos solo en Lois en la portada de Superman #18).

 

Resulta demasiado evidente que estamos ante una etapa de transición, a la espera de lo que venga a hacer Bendis con el hombre de acero. Nadie quiere atreverse más de la cuenta con las historias y eso hace que se resienta la colección.

Acerca de Daniel Lobato

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El padre de todos, pero como a Odín, se me suben constantemente a las barbas. Periodista de vocación cinéfila empecé en deportes (que tiene mucho de película) y ahora dejo semillitas en distintos medios online hablando de cine y cómics. También foteo de cuando en cuando y preparo proyectos audiovisuales.

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