El Asombroso Spiderman #51 nos trae la octava y novena parte de Beyond, la saga dirigida en grupo por Kelly Thompson, Cody Ziglar, Saladin Ahmed, Patrick Gleason y Zeb Wells que ha traído de vuelta (una vez más) a Ben Reilly a nuestras vidas para intentar convencernos de que es un digno trepamuros.

«¿¡Qué haces!? ¡Vuelve a la cama!«

El primero de los capítulos incluidos en esta doble entrega publicada por Panini Cómics está ilustrado nada menos que por el español Jorge Fornés, hombre importante en el destino de Batman y Rorschach en los últimos tiempos. Con guion de Ahmed, este relato hace un pequeño alto en el camino y nos ofrece una historia de corte terrorífico usando alguna de las leyendas urbanas que suelen narrarse en torno a los hospitales. Ni rastro de Ben Reilly o Beyond, el capítulo está protagonizado por un todavía debilitado Peter Parker y la incansable Mary Jane, a quien todavía no le han hecho el altar que merece. Es un capítulo muy entretenido, maneja muy bien la tensión y el suspense. Si un día Marvel o Panini se plantean publicar un recopilatorio de relatos de terror y misterio protagonizado por héroes marvelitas, este sería de sus capítulos estrella.

El segundo episodio, con Patrick Gleason al frente del texto y del dibujo, no abandona a Peter, pero sí que tiene por misión avanzar en la trama de la etapa… más o menos. Tiene también un carácter relativamente cerrado, pero las conclusiones del personaje marcarán su actitud en el futuro más inmediato de la colección. Gleason enfrenta a Peter a algunos recuerdos del pasado -sí, de nuevo el tío Ben- y al mal que le ha llevado al borde la muerte y que precipitó el relevo de Ben. Con un invitado con estrella salvado la situación cuando las fuerzas le flaquean a nuestro trepamuros favorito, el capítulo se puede resumir en esta frase de Ben Parker: «Ser una buena persona significa no rendirse nunca cuando el viaje es duro, ni abandonar lo correcto solo porque duela«.

El Asombroso Spiderman #51 aparca el pijameo y habla del heroismo de las personajes «normales», ese que marca nuestro día a día y que nos hace ser mejores. Eso también es Spiderman.