Tenían razón cuando decían que El Reinado del Diablo era más grande que Daredevil y que no podía limitarse a ser un arco más de su colección. Tanto es así que ni siquiera hace falta haber seguido las aventuras del diablo defensor para abordar esta lectura. Chip Zdarsky nos retrotrae a los tiempos del mejor Bendis en los que cualquier evento, además de poder disfrutarse sin excesivas dificultades se viniera de donde se viniera, era una estupendísima puerta de entrada para cualquier lector al universo Marvel.
«Vete a la #@%$. Tengo reuniones serias«
Wilson Fisk, alcalde de Nueva York gracias a su «gestión» de la crisis que supuso Imperio Secreto para la ciudad, ha descubierto que Daredevil le ha «robado» algo y, como represalia, ha decidido impulsar una ley contra los superhéroes que operan en la misma. Grosso modo este es el detonante del evento dirigido por Zdarsky y Marco Checchetto. La Civil War de Mark Millar; el skyline de Reinado Oscuro; Proscritos, la saga protagonizada por Campeones… no es la primera vez (ni será la última) que Marvel Comics aborda el conflicto de unos héroes fuera de la ley. Los autores son conscientes de que caminan por terrenos conocidos y no solo no lo ocultan, sino que lo evidencian en boca de sus personajes (en concreto a través de Tony Stark) para despejar cualquier tipo de suspicacia y poder centrarse en lo que realmente les importa: el pulso de Fisk a la comunidad superheroica.
Y es importante remarcar esta idea, porque -al menos eso parece- detrás de la prohibición del uso de poderes por parte de los vigilantes y defensores del bien no hay ninguna reflexión acerca del poder y la responsabilidad, ni ningún dilema ético o social de cualquier índole. Lo que hay, lo único que hay, es una rabieta de un tipo que no tiene lo que quiere.
Lo azaroso y caprichoso del conflicto convierte al evento en algo tan emocionante como imprevisible. ¿Hasta dónde será capaz de llegar Fisk? ¿Saldrá derrotado sin paliativos o conseguirá una pequeña victoria? ¿Qué solución se les ocurrirá a nuestros héroes para plantarle los pies? ¿Qué consecuencias habrá para todos ellos? De momento, algunas de las alianzas del terrible alcalde que proponen los autores ya dejan bien claro que el antiguo Kingpin del crimen no se va a andar con medias tintas.
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