Route End #4

Route End #4-5: Roto en pedazos

Route End #5«Nunca debí haberle dicho eso«

 

Me alucina. Esa sensación de que el tiempo se ha detenido, de que el mundo ha dejado de girar. De que nada importa más que saber lo que sucederá a continuación, en la siguiente viñeta, en la próxima página, en el tomo que aún tienes por leer en el escritorio. Cogí el cuarto número de Route End de la pila de lecturas pendientes casi sin darme cuenta, mientras esperaba a que un ruido molesto parase y me permitiera concentrarme en otros menesteres y de pronto me encuentro con que me he leído no sólo esa entrega del manga que publica Norma Editorial, sino que también ha caído la siguiente. Y necesito escribir sobre ello.

 

Cuando uno lee tanto como leemos los perturbados que componemos esta redacción aprende a identificar esta sensación. Simplemente por el hecho de que pocas obras la causan. Las hay mejores y las hay peores. Hay auténticas obras maestras que no lo logran y cómics desconocidos que te atrapan sin darte ni cuenta. Es algo que va más allá de lo bueno o malo que sea un tebeo y que se hunde en las conexiones que establecemos con él los que lo leemos. Route End, con sus personajes torturados y heridos que tratan aún así de recomponer sus vidas, conecta con algo muy profundo de mi subconsciente y me lleva a querer leer más y más cada vez que cae en mis manos.

 

«Cada uno lo ha asumido a su manera«

 

Y es que, además, el manga de Kaiji Nakagawa es condenadamente bueno. El misterio que lo vertebra no está en su quinta entrega más cerca de resolverse que en el primer tomo, si acaso se ha complicado con la aparición de nuevos personajes que emborronan la fotografía, y los actores principales de este drama han ido ganando en profundidad y capas de luces y de sombras. Leerse un tomo de esta serie es sumergirse en un mundo complejo, denso y muy potente, del que uno sólo puede salir cuando no quedan más números por leer sobre la mesa. Es un cómic que no te deja, no sabe o no puede dejarte, indiferente. Se habla sin pudor de suicidios, de mentes rotas, de vidas hechas tantos pedazos como los cadáveres que deja END a su paso. No es agradable (por más que haya destellos de humor aquí y allá), pero tampoco lo pretende. Es lo que es. Es vida pura dentro de una muerte infinita. Y creo que por eso gusta.

 

Route End #4

Route End #4

 

Estamos en la quinta entrega de una serie que ha terminado en su octavo número en su país de origen y, por lo tanto, hemos pasado ya de la mitad de la historia que nos quiere contar Nakagawa. Una colección cortita por aquello de que los mejores perfumes se venden en frascos pequeños. Lo cierto es que todo lo que os cuente sobre este manga de misterio y asesinatos puede hacer que os pique la curiosidad, pero habréis de leerlo para descubrir si conecta con vuestras almas como lo ha hecho con la mía. Para ver si se cuela entre los huecos de cada una de vuestras vidas rotas para alcanzar aquello que nos guardamos en lo más profundo.

Acerca de RJ Prous

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En la soledad de mi beca Séneca en Zaragoza aprendí a amar el cine mierder. Volví a Madrid para deambular por millones de salas y pases de películas para finalmente acabar trabajando con aviones. Amante del cine y de sus butacas, también leo muchos cómics y, a veces, hasta sé de lo que hablo.

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