«Apenas dice nada, pero veo la furia en sus ojos«

Si hay algo que me gusta aún más que pegarme un buen atracón de cine o que sentarme con buena música de fondo a leer libros y cómics es viajar. Viajar, salir de los sitios que vemos todos los días para ir tan cerca como el pueblo de al lado o tan lejos como a otro continente, nos hace verdaderamente libres. Y, si somos capaces de huir de los checklist de sitios por ver y de las prisas por completarlos, si somos capaces de viajar con calma, parándonos en cada destino como si fuera el último y saboreando no sólo los monumentos, sino la cultura, la gastronomía y, sobre todo, la gente que allí habita, entonces volvemos a casa con una pizca más de sabiduría que cuando salimos de ella con la maleta o la mochila por compañeras.

Me viene a la cabeza el tiempo que pasé en Estados Unidos. En la tele y en el cine vemos una versión de ese país que no terminamos de comprender. Vemos a gente como Trump y nos cuesta comprender por qué salió elegido, les observamos hablar del American Way of Life y de su concepto de libertad y sólo podemos carcajearnos, odiarlos o admirarlos sin saber realmente el porqué detrás de esa manera de ver las cosas. En el apenas mes y medio que pasé en Misuri conocí a mucha gente y recorrí unas cuantas ciudades y pueblos y poco a poco muchas de las cosas que sólo me llegaban a través de los medios terminaron apareciendo ante mí con la riqueza que aporta el verlas en su contexto. Viajar nos ayuda tanto a entender a los otros como a conocernos a nosotros mismos.

«No cambiaría vivir en mi pueblo por todo el oro del mundo«

Norma Editorial y Altaïr Magazine publican ahora Viajes Dibujados, una colección de catorce relatos en formato de cómic (en su mayor parte) que nos presentan una forma distinta de ejercer el periodismo viajero. Una forma que reúne una vez más el texto con una suerte de imágenes que van más allá de las simples fotografías. Porque en los dibujos, mejores o peores (y en este libro los hay muy buenos), reside también el alma del viajero y es a través de ellos que podemos observar los lugares por los que transita con sus propios ojos. La colección que aquí se nos presenta con tiene una doble invitación implícita: a viajar a los lugares a los que han ido sus autores y a plasmar en nuestros diarios de igual forma nuestros propios viajes, pera recuperarlos en el futuro y resucitar los sentimientos y las emociones de aquellas aventuras.

Viajes Dibujados

Viajes Dibujados es una guía para leer sin prisa. Para perderse entre sus viñetas y dejarse transportar al momento y el lugar en el que las conversaciones reproducidas y las imágenes aquí plasmadas se vieron y escucharon por primera vez. Se trata de, como bien se dice en su introducción, un retorno a una manera de entender los diarios de viaje que el mundo de las redes y la inmediatez de los móviles y las fotografías casi nos han hecho olvidar. Lo que nos demuestra Viajes Dibujados es que ambas maneras de contar los viajes y los lugares visitados son compatibles y nos presentan diferentes formas de acercarnos a un lugar en el que todavía no hemos estado físicamente. Los dibujos, al igual que los escritos, tienen además la capacidad evocadora de no quedarse en la fría imagen, sino de profundizar en los matices, los olores, los sabores y los sentimientos aparejados a cada una de las experiencias aquí relatadas.