As the Gods Will #2

As The Gods Will #2: Puzles para los muchachos

As the Gods Will #2«Ha memorizado la posición de las tres muñecas antes de sumergirse en la oscuridad del duelo final«

 

Creo que si a As the Gods Will, el cómic que nos trae Distrito Manga con guión de Muneyuki Kaneshiro y arte de Akeji Fujimura, le quitamos las terroríficas muertes, desmembramientos, amenazas y momentos terribles, nos quedamos con un manga que basa su argumento en los puzles y los misterios por resolver y que no se aleja demasiado de otros tan aparentemente distintos como pueden serlo Death Note o Detective Conan (por irme a dos extremos). Cada nueva prueba a la que es sometido el muy variable elenco de protagonistas plantea una muy real posibilidad de ver cómo se reduce el número de personajes, sí, pero también nos da la oportunidad de resolver un misterio (el de cómo narices salir vivos de ahí) mientras los interrogantes en torno a la identidad de quien está detrás de las pruebas (y de sus motivaciones ocultas) siguen permaneciendo inalcanzables para el lector.

 

En el primer tomo de esta colección tuvimos dos pruebas basadas en clásicos juegos y cuentos japoneses (aunque de una forma u otra también podamos extrapolarlos al resto del mundo). La dinámica no cambia en esta entrega: nos movemos del instituto del primer número al hospital donde las autoridades han reunido a los supervivientes (algo más o menos razonable cuando nadie de fuera de los colegios ha sido testigo de lo acontecido de puertas hacia adentro), pero de nuevo nos encontramos con un par de juegos / pruebas con potencial homicida destinados a reducir de manera drástica el número de supervivientes de la primera ‘ronda’. Y al igual que en As the Gods Will #1, la primera prueba se revela más intelectual, mientras que la segunda también cuenta con un factor físico.

 

«A partir de ahora, pase lo que pase, no nos traicionaremos«

 

¿Y cuáles son estas dos? Pues de primeras nos encontramos con el kagome kagome, una variante de la gallinita ciega de nuestro país en la que el que ‘la liga’ se coloca en el centro con los ojos cerrados (o vendados) mientras sus compañeros lo rodean y juegan a desconcertarle y asustarle con gritos. Kaneshiro y Fujimura le dan un giro al juego para acercarlo más a nuestra versión y hacen girar a las tres figuras de la portada alrededor de la desgraciada víctima. A este juego le sigue, sencillamente, un juego de saltar a la comba y ahí es donde veo el primer gran traspiés del seinen que nos trae Distrito Manga. Después de lo retorcidos y elaborados que han sido el resto de juegos, la comba (aunque se revele como mortal) es básica y está sólo destinada a producir una resolución fácil para este segundo tomo. Además, y con todo mi respeto hacia los protagonistas, me parece sencillamente loco el logro que es necesario para superar esta prueba. ¿Qué habría pasado de no lograrse? ¿Fin de la historia? ¿Qué se pretendería contar con ello?

 

As the Gods Will #2

As the Gods Will #2

 

Intuyo que los juegos son una especie de pruebas a las que una determinada inteligencia está sometiendo a adolescentes de todo el mundo con el fin de seleccionar a los más aptos. De ser así. ¿para qué sirve lo de la comba? Un simple traspiés te condena a la muerte y el fallo del compañero te hace imposible superar una prueba que, además, te va minando físicamente con cada salto que das. No me pararé a debatir sobre la posibilidad física detrás del número de saltos del personaje que se nos une al final del tomo, ni sobre sus capacidades mentales o físicas (básicamente porque ya se mete en el terreno de la fantasía y ahí cada uno es libre de querer creer o no), pero el resto de juegos han puesto el cerebro de los protagonistas a funcionar y éste simplemente hace lo propio con sus piernas.

 

La serie, que yo pensé que duraría uno o dos tomos, ya tiene programadas otras tres entregas en nuestro país (de hecho el tercer número ya está a la venta y en Japón llevan ya más de veinte volúmenes) y cuenta con los misterios suficientes como para mantenernos enganchados a su trama… si es capaz de mantener una coherencia con lo que pretende para sus personajes y lo que vamos a ir descubriendo los lectores por el camino.

Acerca de RJ Prous

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En la soledad de mi beca Séneca en Zaragoza aprendí a amar el cine mierder. Volví a Madrid para deambular por millones de salas y pases de películas para finalmente acabar trabajando con aviones. Amante del cine y de sus butacas, también leo muchos cómics y, a veces, hasta sé de lo que hablo.

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