El Incidente Darwin #2

El Incidente Darwin #2-3: Posición incómoda

El Incidente Darwin #3«Te tienes que acostumbrar a este instituto para ganarte tus derechos en un juicio«

 

Ya está, ya estoy completamente enganchado a lo nuevo de Shun Umezawa. Y eso que es innegable que el mangaka ha rebajado un poquito su habitual tono para poder llegar a un público más amplio, pero lo importante de su estilo, lo esencial en su manera de contar historias y obligar al lector a posicionarse está ahí, tan crudo y tan incómodo como siempre. Justo como nos gusta. La historia de Charlie se va complicando a lo largo de los números que se van sucediendo, pero más allá de lo que ocurra o deje de ocurrir (que también tiene su miga) el autor nos presenta a un protagonista al que la mayor parte del tiempo todo parece resbalarle. Charlie es poco más que un espectador de los dementes humanos que pululan a su alrededor, un tipo que se limita a observar como la gente pierde la cabeza, se agrede, se hiere y se aniquila por su culpa… o, mejor dicho, con la excusa de su existencia. O es así hasta que se ponen a prueba los límites de un humancé, que los hay y dan mucho miedo, pero ya llegaremos a ello.

 

Me recuerdan estos dos números en varias ocasiones al genial Animal (Colo, 2018), un cómic en el que un hombre (quizás un loco o quizás, simplemente, harto del monótono día a día) decidía buscar la manera legal de dejar de ser considerado como ser humano. Se centra el primero de estos dos volúmenes en recordarnos que los padres adoptivos de Charlie buscan desesperadamente la manera de lograr justo lo contrario: que el humancé logre obtener los derechos que lo identificarían con el resto de los humanos. Derechos que damos tantas veces por supuestos, pero que cómics como éste (o como el que os mencionaba antes) vuelven a revisar para que no los perdamos de vista.

 

«Mi objetivo es hacer que la humanidad avance más deprisa«

 

Y ahí es donde es brutal Umezawa: su manera de contar historias nos obliga a tomar partido y a analizar todo lo que nos parecería normal en otras circunstancias… Incluso, si me apuráis, se regodea haciéndonos tener que lidiar con escenas que él pinta normales y que todo lector con dos dedos de frente sabe que no lo son. Lo que defienden los terroristas de esta historia es noble y hasta diría que necesario, pero sus formas son terribles, manipuladoras y falsas, con lo que su mensaje pronto pierde gran parte de su validez, ¿o no es así? Porque lo cierto es que uno termina cada nuevo cómic pensando mucho en lo que defiende el Ala, en las cosas que nos parecen hasta razonables y necesarias, pero no basta sólo con eso, Umezawa plantea personajes muy complejos en escenarios que podemos dominar más o menos, pero que se ajustan perfectamente a lo que ocurre en la trama. Y así es como uno termina queriendo saber más sobre todas las cosas que están sucediendo a la vez.

 

El Incidente Darwin #2

El Incidente Darwin #2

 

El Incidente Darwin exige un poquito de estómago (bastante menos que en sus últimas obras,  por suerte para muchos), pero nos recompensa con horas de reflexión profunda acerca de temas que nos tocan de cerca y con una historia que crece y se ramifica de forma orgánica y audaz. Distrito Manga se ha hecho con el catálogo de uno de los guionistas más en forma de Japón. El cómic que da título a este artículo pide a gritos ser leído y comentado (aunque sea en petit comité) porque tiene tantas aristas y ángulos muertos que uno siempre corre el peligro de perderse en cualquiera de sus recovecos.

Acerca de RJ Prous

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En la soledad de mi beca Séneca en Zaragoza aprendí a amar el cine mierder. Volví a Madrid para deambular por millones de salas y pases de películas para finalmente acabar trabajando con aviones. Amante del cine y de sus butacas, también leo muchos cómics y, a veces, hasta sé de lo que hablo.

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