«Pronto, volveré a ser perfecto«

Ha entrado la serie de Christopher Cantwell en un bucle extraño del que parece reacia a salir. La historia, que avanzaba a toda máquina hacia la batalla final contra Korvac se detuvo en Iron Man #8 (#127) en la psique de Gata Infernal y ahora, en los tres cómics que analizamos hoy, hace lo propio en el pasado del villano y en el extraño rodeo que ha dado Tony Stark para llegar hacia el final de este arco argumental. El primero de estos tres números me parece hasta necesario, una contextualización que nos sirve para conocer mejor a Korvac si no sabíamos nada de él y para refrescar lo que sabemos y profundizar en algunos momentos de su vida en caso contrario. Los otros dos números… son un poco más complicados de digerir.

Iron Man #10-11 (#129-130) me recuerdan a ese momento al final de un juego especialmente largo en el que, con toda la Tierra a punto de ser consumida por las hordas de la infraoscuridad, nos detenemos para cumplir una misión en la que hay que conseguir veinte manzanas para el viejo Toby del pueblo desde el que el héroe del juego inició la aventura. Korvac se dirige a toda pastilla a la nave de Galactus para lograr acceso a un poder que le permitirá rehacer el universo, al mismo lugar se dirigen los aliados de Tony, sin saber muy bien cómo podrán luchar con él una vez lleguen a su destino y, mientras tanto, el Vengador Dorado se entretiene jugando a las casitas en un planeta casi paradisíaco en el que una sociedad perfecta ha comenzado a florecer.

«Ninguno de ellos sabe cómo volver al sitio del que vinieron y, sorprendentemente, muchos no sienten la necesidad de intentarlo«

El descoloque, como sin duda habréis sospechado, es mayúsculo. Sí, de cuando en cuando tenemos breves avances de lo que está a punto de ocurrir con el universo, pero mientras tanto, nuestro protagonista cree mucho más importante enfrentarse a viejos robots sin mente en una extraña alianza con personajes del fondo de armario de la Casa de las Ideas. Sí, hay un poco de negación ahí (Stark sabe que es notablemente inferior a su enemigo… máxime teniendo en cuenta que actualmente viaja colocado y con el cuello roto) y vale que el viaje de tanto héroes como villanos por el espacio se supone que está tomando su tiempo, pero de igual manera, estos dos capítulos se sienten como un paréntesis interesado (el autor tratará de sacar de aquí algún tipo de lección para el héroe) pero muy mal introducido en mitad del argumento del cómic que publica actualmente Panini en nuestro país.

Iron Man #10 (#129)

Cómo será la cosa que estos tres números apenas dan para tres párrafos y pico de reseña. Les salvan las fabulosas portadas de Alex Ross (es una auténtico lujo para el aficionado tenerlo por aquí, aunque sea para algo tan poco trascendental) y el excelente dibujo de Cafu en los dos primeros y de Ángel Unzueta (va de españoles la cosa) en el último. Por suerte, si no me equivoco, a partir del mes que viene comenzarán de nuevo los fuegos artificiales en este viaje de autodescubrimiento y cura de humildad que el bueno de Tony ha emprendido en tan variopinta compañía.