Estamos a un suspiro del final de Nick Spencer al frente la cabecera El Asombroso Spiderman y el autor se las ingenia -moral no le falta- para seguir enredando como si le quedaran años por delante. Es una apuesta arriesgada, propia de una telenovela, que necesita un tiempo que no tiene. Ya pegó un gatillazo con la conspiración del Camaleón y la hermana de Peter, metiendo en la nevera un lío del que no supo salir. ¿Le sucederá lo mismo ahora con Pariente, Mefisto y compañía?

«Todos aceptamos tratos«

Panini Cómics sigue apostando por el formato de grapa doble para presentarnos esta Guerra Siniestra de Nick Spencer. Del primero de los capítulos hay muy poco que comentar. Spiderman sigue intentando sobrevivir a una pelea imposible contra una importantísima parte de su galería de villanos a una media que se acerca a la de enemigo por viñeta. Con tanta acción y vaivén de personaje es difícil profundizar, así que los giros en la trama tienen un cargadísimo componente visual. El baile de dibujantes no es lo ideal, pero Mark Bagley, Carlos Gómez y Zé Carlos hacen un digno trabajo.

Y sin un respiro (una de las claves de esta saga es el fuerte ritmo que lleva la narración), nos metemos en un segundo capítulo (también plagado de dibujantes compartiendo espacio) en el que Spencer carga su pluma y nos ofrece el más difícil todavía. Sin perder de vista a Peter (a fin de cuentas es el protagonista de la serie), son Mary Jane y los Osborn los que tienen más que decir. El guionista apunta en la dirección que todos imaginamos y que tiene nombre de diablo, pero se resiste a hablar con claridad y mantiene un pretendido tono críptico cuya única finalidad es alargar el desenlace.

Enfrentado a una pelea que lo está llevando al límite y que apunta a un futuro más bien negro, así como a un pasado que está siendo «reescrito» sin que él lo sepa, es difícil aventurar cuál será el destino del bueno de Spidey. Esta es, quizás, la gran (trampa) golosina de Spencer, puede pasar cualquier cosa. Y eso nos tiene enganchados, más allá de cualquier discusión sobre la calidad de la aventura.