«¡Tenía el sitio perfecto!«

Ya está aquí. No hay cuchillas incandescentes ni apenas recuerdos de su larga temporada criando malvas, pero ya está aquí. Desde que hace cinco largos años Charles Soule nos relatara la Muerte de Lobezno, el mutante de las garras de adamántium no ha tenido serie propia en la Casa de las Ideas. Y esos son muchos años para uno de los personajes más carismáticos entre los mutantes, en particular, y de entre todos los de Marvel en general. Cuando asistimos a su regreso (a finales de 2018) pensábamos que ya, por fin, tendríamos de nuevo una serie suya, pero nos equivocábamos. Inmersa en una serie de historias que no nos llevaron a ningún sitio, la editorial aparcó su retorno a la primera plana y ha tenido que ser ahora, cuando Jonathan Hickman ha devuelto a la Patrulla-X al lugar de honor de donde nunca debió marcharse, cuando por fin gocemos con el retorno en solitario del vaquero, del samurái, del asesino, del maestro.

Y lo hace con guiones de Benjamin Percy, lo cual no puede alegrarme más. Ya indiqué en su momento lo mucho que disfruté con la lectura de su etapa al frente de Green Arrow. Percy fue capaz de cumplir a la perfección con lo que DC pretendía hacer con la etapa del Renacimiento: un retorno a las sensaciones clásicas que no olvidara todo cuanto ha venido aconteciendo en los tiempos más recientes y que, a la vez, prestara atención a la sangre nueva. En Marvel el guionista ha recibido el encargo de llevar a buen puerto la nueva encarnación de X-Force y ha tenido la osadía de hacer lo único que podía funcionar: contar una historia única y con su firma inconfundible. El premio no podía ser otro que el de permitirle ponerse al frente de la primera colección de Logan en un lustro.

«¿La quieres? El precio es tu nombre«

Y la primera entrega con la que arranca esta nueva etapa no decepciona. Nos encontramos ante un enorme número (digno de la ocasión) con dos historias que nos presentan a un Lobezno que ya ha tenido la oportunidad de comprobar que Krakoa no es el paraíso infranqueable que prometía ser, pero que pretende defender a sus habitantes a costa de su propia piel y su propia sangre. Ambas líneas argumentales rescatan al Logan investigador, respetando el alma del personaje a la par que nos ofrece algo nuevo y refrescante. El protagonista va siguiendo un intrincado hilo mientras acuchilla a todo cuanto se pone a su alcance, pero cada una de las historias que aquí leemos se debe a un padrino diferente.

Lobezno #1 (#101)

La primera de ellas es cien por cien Amanecer de X. Nuestro protagonista sigue la pista de una droga que se está sintetizando a partir del polen de las plantas curativas que le han procurado a los mutantes su propia nación y esto, por supuesto, pondrá en peligro de muerte a todo aquél que se le acerque. La otra, sin embargo, es hija de lo que nos está relatando Jason Aaron en sus Vengadores y lo cierto es que me sorprende gratamente la manera en la que Percy hace que la independencia de esta serie sirva para hacer del universo Marvel un mundo más cohesionado. Lo que leemos en este número bien podría haber sido la entrega de crossover de algún evento editorial, pero tiene mucha más pinta de irles a estallar en la cara a los mutantes que un simple cruce con otra series.