«¡Nosotros no deberíamos haber permitido que ocurriera!«
Me vais a matar, pero creo que, de los dieciséis números que llevamos de la etapa de Jed MacKay al frente de la colección de Los Vengadores este es mi preferido de lejos. No ya sólo por la llegada de Tormenta (un personaje al que si no adorabas ya, Al Ewing y otros cuantos se han encargado de encumbrar a lo largo de los últimos años krakoanos) o por el aterrizaje en la colección que publica Panini en España de Valerio Schiti, artista de primer nivel que viene a remarcar la importancia de esta cabecera a partir de ahora. Simplemente la discusión que vemos al comienzo del cómic, con la Capitana Marvel convirtiendo cada víctima de las últimas hecatombes en el único argumento necesario para calificar toda la batalla como un fracaso, ya me parece un ejercicio interesantísimo por parte del guionista a la hora de hacer balance de todo lo que hemos leído hasta el momento, por un lado, pero (sobre todo) para observar con detenimiento la postura de cada personaje ante la sentencia furibunda de Carol Danvers.
Y es que MacKay demuestra un profundo conocimiento de cada uno de los personajes al poner sobre la mesa su reacción ante esta acusación de fracaso. Resulta natural ver como Sam Wilson (hundido bajo el peso de la bandera a la que representa) apoya la tesis de Danvers, pero también resulta lógico que personajes como la Bruja Escarlata o Pantera Negra tiendan a ser más relativistas: su propia historia les ha empujado a serlo para sobrevivir en el terreno psicológico. Quizás el debate (y ahí el trabajo que hace el autor al ponernos la conversación entre la Capitana Marvel y Tony Stark es clave) no fluya tanto en torno a si la Caza Sangrienta y la Caída de X han sido fracasos para los Héroes Más Poderosos de la Tierra como en torno a qué deben hacer estos personajes para enfrentarse a un futuro que les va a arrojar cada vez más eventos de esta índole. La respuesta (o respuestas) a esta cuestión pueden definir a Los Vengadores de aquí en adelante.
«Aquí no hay ninguna verdad. Como tampoco la había en la Tierra«
Y esto que acabo de contaros sólo alcanza a explorar las primeras páginas de un cómic que viene cargadito y que encuentra en su segunda mitad (y algunas escenas sueltas de la primera) su punto más álgido. MacKay ha recogido el testigo de Jason Aaron y, lejos de guardarlo en un cajón, ha decidido sacar punta, aprovechar y reivindicar algunas de las partes de su etapa que pudieron ilusionarnos, pero que rápidamente cayeron en el olvido. De una de ellas (concretamente de aquel evento llamado Heroes Reborn) sale el ‘villano’ al que nos vamos a enfrentar a partir del próximo número y que hace acto de presencia con un monólogo que eriza la piel, pero que es tremendamente consecuente con todo lo que hemos estado leyendo en la anterior etapa de esta cabecera en general y, en particular, en lo que refiere al personaje que nos visitará el mes que viene.

Los Vengadores #16 (#170)
Así es como me imaginaba yo a Los Vengadores, con grandes dilemas y grandes amenazas que, se sientan como tales. Me parece que la entrada de Tormenta, bien usada, puede ser pero que muy interesante (ya tienen con ella T’Challa [¿a nadie más le llama la atención su rediseño?] y Thor interesantes sinergias que explorar) y el hecho de que el dibujo pase a manos de Schiti indica hasta qué punto la Casa de las Ideas apuesta por esta serie a partir de ahora. No debería, pero me subo al tren del hype. A ver a dónde nos lleva.
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