Los proyectos Manhattan

Los Proyectos Manhattan #3: Desenmascadaros

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La esperábamos con ansías, la tercera entrega de Los Proyectos Manhattan continúa la estela ascendente de sus predecesoras.

Los Proyectos ManhattanLa esperábamos con ansías. La tercera entrega de Los Proyectos Manhattan continúa la estela ascendente de sus predecesoras, proponiéndonos jugar a cara descubierta al revelar las intenciones de algunos de los protagonistas de su reparto. Un desenmascaramiento que más que despejar dudas, genera nuevos interrogantes y nos condena a quedar atrapados en su hipnótica historia. Después de tres formidables volúmenes ya no hay escapatoria, Hickman y Pitarra pueden hacer lo que quieran con sus lectores, somos férreos defensores de su causa.

De nuevo, las cosas se siguen complicando y volviendo más extrañas en Los Proyectos Manhattan. De tanto jugar a ser dioses, cegados por la ambición, llegando incluso a colaborar con los comunistas en pos del progreso, los científicos reunidos por Leslie Groves no han hecho más que granjearse nuevos enemigos. Y en mundo que se encuentre en plena Guerra Fría eso se paga caro. Sin olvidar, claro está, las amenazas provenientes del exterior más literal –o sea, el espacio– y del seno del propio equipo. Einstein, Oppenheimer, Fermi… algunos de los más destacados componentes de los Proyectos Manhattan se sienten con la necesidad de mostrar sus verdaderos rostros, ya sea por remordimientos o por alcanzar un fin superior, y en algunos casos con fatales consecuencias para todos ellos.

Hickman hace un excelente uso del recurso del flashback para hacer avanzar la historia y conocer las motivaciones de sus actores, que casi nunca son claras a simple vista. Al intercalar páginas pertenecientes a esa narración del pasado con otras que relatan los hechos presentes, estas últimas cobran un sentido especial, matizando el primer impacto que nos producen las viñetas. Nada es lo que aparenta. El guionista norteamericano sigue tejiendo las tramas como si fueran una telaraña. Estas se van enrevesando, manteniendo una fuerte interrelación, pues no hay nada que sea fruto del azar en las vidas de los protagonistas, dejando un espacio cada vez más creciente para las conspiraciones y las agendas ocultas de algunos de ellos.

La ciencia ficción sirve, a fin de cuentas, como caldo de cultivo para una historia de tintes políticos, sobre el juego de poder y la ambición, que satiriza en cuanto puede a algunas de las grandes figuras de la política estadounidense. Lo vimos con los presidentes Truman o Eisenhower y lo vemos ahora con John F. Kennedy. Y todo sea dicho, ver a tipos como Einstein cargando con un fusil de asalto o una sierra mecánica es una imagen demoledora. La ciencia, como ha demostrado la historia, hace florecer lo mejor y lo peor de la humanidad.

Los Proyectos Manhattan

Acerca de Daniel Lobato

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El padre de todos, pero como a Odín, se me suben constantemente a las barbas. Periodista de vocación cinéfila empecé en deportes (que tiene mucho de película) y ahora dejo semillitas en distintos medios online hablando de cine y cómics. También foteo de cuando en cuando y preparo proyectos audiovisuales.

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