En pleno tramo final, se presentan las últimas películas de la Sección Oficial y (aunque nos hemos perdido dos de las de competición) por ver películas de las que se hablará más adelante, se aprecia una ligera subida de nivel en las cintas que compiten por el Oso de Oro. 

The Other Side of Hope de Aki Kaurismäki

Desde que se anunció su presencia en competición todo apuntaba ya al máximo galardón, ya que por su larga y completa trayectoria es algo más que merecido, sin embargo esta historia sobre un refugiado que acaba en el restaurante de un hombre que acaba de dejar a su mujer, no termina de cuajar. Kaurismäki no pierde su esencia ni su sensibilidad y todo sigue pareciendo un cuento, pero en esta ocasión se pierde en un innecesario discurso político que no interesa a nadie y que desentona con el resto de la obra, ya que detiene su narración para presentar las, ya de sobra conocidas, desgracias que acontecen en Siria. Pese a esto, no todo es negativo en la película ya que consigue sacar mucho de sí a sus actores y regala un par de momentos inolvidables. The Other Side of Hope es mucho ruido y pocas nueces, una obra que se pierde en la necesidad de mostrar algo que a nadie le interesa o, por lo menos, algo que ya sabemos todos.

Colo de Teresa Villaverde

Otro drama social, pero esta vez más controlado y coherente en su discurso, que cuenta la supervivencia de una familia portuguesa a la crisis económica y su paso a la indigencia. Teresa Villaverde firma una obra muy lenta y contemplativa pero nunca llega a aburrir o cansar, ya que cuida mucho cada plano, cada movimiento de cámara y los movimientos de sus actores creando una complejísima y poética película. Colo es mucho más que una crítica social y, por primera vez, busca los culpables abajo y no sólo en las élites, Teresa Villaverde entiende una crisis económica desde el punto de vista más humano posible y su cinta es de las más estimulantes que se han podido ver en la Sección Oficial.

On the Beach at Night Alone de Hong Sangsoo

En todos los festivales de cine habidos y por haber tiene que aparecer el nombre de este señor que es muy cargante. Habiendo visto sólo dos de sus películas siempre deja con esa sensación de haber contemplado el vacío bajo un estilo personal de cuestionable buen gusto. En esta ocasión explora la relación de una mujer con un hombre casado y lo hace a través de interminables e intrascendentes diálogos, dejando la cámara quieta durante interminables minutos para acabar con un feísimo zoom sobre la protagonista y así toda un corta pega. No hay nada salvable en este circo de la palabrería y la vacuidad, sólo el momento en el que aparecen los créditos finales y uno puede levantarse e irse a por un café, es uno de los directores asiáticos más queridos en los festivales, será porque la (normalmente) corta duración de sus películas permite ajustar mejor la programación ya que, así sin complejo alguno, su cine es insoportable.