Ya en el ecuador del certamen el público está acostumbrado a la variedad, y los críticos ofrecen cada día su veredicto frente a los nuevos títulos que acuden a este festival cual pupilos a un recital de fin de curso. El fin de semana les tocó presentar a los alumnos díscolos, esos que trajeron Las brujas de Zugarramurdi y Caníbal, el uno por gamberro y el otro por trastornos psíquicos serios. Ya metidos en semana, hay que pasar lista a los nuevos de la clase:

OKTOBER NOVEMBER, de Gôtz Spielmann, «El Perezoso»

Cargada con una trama que no cuajó entre el público, este drama familiar ha dejado más frío que el invierno en Austria, lugar de donde proviene. Frases inconexas, intérpretes planos y una historia que al público no le importa cómo puede acabar ¿qué más da cuando no se ha revisado nada? para la edición 62, Gôtz necesita mejorar…

GRAVITY, de Alfonso Cuarón, «El primero de la clase»

Se ha llevado la matrícula por descontado. Decenas de periodistas y acreditados se lo hicieron ver a Cuarón y a su hijo Jonás en la posterior rueda de prensa. Gravity es de esos títulos perfectos, tanto en la forma como en el contenido. El cineasta mexicano ha sabido poner a dos celebrities (un correcto George Clooney y una Sandra Bullock inconcebible hasta la fecha) bajo sus mandos para crear una obra cumbre. Ha hecho como los buenos estudiantes, fijarse en lo mejor de trabajos precedentes, como la tecnología de James Cameron, pero añadiendo un buen trasfondo, como los grandes maestros. Y ha ido más allá: tener en cuenta por completo la tercera dimensión. Alfonso, te has superado, ¡Sigue así!

VIVIR ES FÁCIL CON LOS OJOS CERRADOS, de David Trueba «El melómano»

Siempre hay uno en la clase que ama tanto la música que su único motivo por aprender inglés es saber lo que dicen las canciones. Ese alumno siempre emana buen rollo, luz y te dirá siempre que todo irá bien; por muy mal que esté la situación que te rodea. Como ese chico mimado del cine español que es Javier Cámara, que todo lo hace bien y que, al igual que la fotografía de la película, desprende luz por todas partes y en cualquier situación. David, muy buen trabajo, quizá contenga exceso de dulzor, pero tu obra final se sigue muy bien y gusta.

WOLF, de Jim Taihuttu, «El agresivo»

Qué difícil es lidiar con los niños brutos, los que recurren a la violencia como único medio para expresar su rabia. Igual que la conseguida Wolf, que deambula por los suburbios de Amsterdam captados en blanco y negro, expresando la aspereza de un boxeador y el mundo que le rodea. Jim, sabes que la violencia nunca es el medio para solucionar los problemas. Sin embargo, tienes un asombroso talento que debes aprovechar en el futuro.

QUAY D’ORSAY, de Bertrand Tavernier, «El empollón tocanarices»

El incansable al que nunca le gusta cómo quedan los trabajos, pero que siempre lo hace de diez. Así es el personaje de la última película de Tavernier, que se centra en el Ministerio de Asuntos Exteriores de Francia, donde Thierry lhermitte confecciona perfectamente a un político al que nadie le gustaría tener como jefe. Nunca le gusta nada, pero sus conversaciones y las situaciones en las que pone a sus ayudantes son tronchantes. Muy bien Bertrand, has hecho una perfecta sátira que le ha llegado al público. Te llevas una estrella dorada.

ABOUT TIME, de Richard Curtis, «La buenrrollista»

La chica que decora sus apuntes con dibujos, tiene el estuche a rebosar de rotuladores de colores, presenta un halo hippie, y a veces parece tener una vida poco ordenada, pero que hace bien las cosas. El maestro de la comedia británica, Richard Curtis, deja de lado las producciones comerciales para ofrecer una película con tintes más indies pero que hace honor al estilo inglés. Con un aire más estrambótico y grandes actores como Bill Nighy y –por segunda vez en la edición– Lindsay Duncan en sus filas, tiene como protagonistas al irlandés Domhnall Gleeson y a la canadiense Rachel McAdams, una entrañable pareja en esta película peculiar, pero que está llena de color. Richard, es fabuloso que te hayas dejado llevar por la imaginación y que te hayas despojado de tus tradicionales esquemas. Por eso, tu película, pese a no ser muy propia para San Sebastián, nos ha hecho pasar un rato más que agradable.