Sólo un selecto grupo de películas en la historia del cine han llegado a recaudar los 1000 millones de dólares en todo el mundo y casi todas lo han hecho en la última década: Avatar, Harry Potter, Piratas del Caribe… Pero allá por el año 1994, y con un presupuesto de menos de 50 millones, una cinta de animación se acercó a la mágica cifra y ahora, con su digitalización y conversión al 3D entra finalmente en el club: Estoy hablando, como no, de El Rey León. La primera película que dirigirían Rob Minkoff y Roger Allers y que se alzaría con 2 Oscars y 3 Globos de Oro.
La historia es por todos conocida, quizás es menos sabido que inicialmente su título iba a ser El Rey de la Selva, claro que si el argumento se desarrollaba en la sabana africana no quedaba demasiado bien. El Rey León fue la primera película Disney que se basaría en el gran William Shakespeare y su obra Hamlet para darle una vuelta al argumento y poner a Simba como el príncipe atormentado por la culpa que reniega de sus raíces, años después (1998) la secuela de la película haría lo propio con Romeo y Julieta. También resulta curioso saber que inicialmente la película iba a girar alrededor de un conflicto entre leones y babuinos, de los que Scar sería el líder.
Este origen no ha estado exento de polémicas ya que en los años 60 existió en Japón una serie animada de Osamu Tezuka (el dios del manga) llamada Kimba, el león blanco. Si bien el argumento de ambas obras difiere (Kimba es un león que nace en un barco rumbo a un zoológico, escapa y ha de descubrir su lugar en el mundo) ambas comparten personajes como el pájaro consejero o las malvadas hienas, eso sin contar con la similitud entre los nombres del protagonista. Desde Disney siempre se ha negado cualquier tipo de relación entre ambas producciones, pero la polémica no ha terminado de aclararse nunca. También polémico fue en su época el momento en que un Simba adulto se levanta y el polvo que el movimiento genera forma, según algunos, la palabra SEX. Según los animadores no es dicha palabra, sino SFX (siglas de los efectos especiales), una especie de firma del equipo que, sin embargo, se ha eliminado en las nuevas versiones de la película.
Tezuka, creador del género manga, era un gran admirador de Disney.
Música maestro:
Polémicas aparte, si hubo una cosa por encima de las demás que encumbró a esta película, esa fue su magnífica banda sonora. Obra de Hans Zimmer (Piratas del Caribe, Gladiator) y Tim Rice (como letrista) es una de las más queridas del universo Disney y motivó que en el 97 se estrenara la versión Broadway de la cinta, uno de los musicales más exitosos de todos los tiempos y que ahora ha desembarcado en nuestro país.
Lebo M, un hombre criado en los apartheid de Sudáfrica y exiliado de su país en Estados Unidos, fue descubierto por Rice, quien lo citó para que prestara su voz a la secuencia inicial de la película. Una sola toma bastó; en cuanto Lebo se puso al micrófono Rice supo que había encontrado lo que buscaba.
Otra curiosidad sobre la banda sonora la encontramos en la canción que pone título a este reportaje. En preproducción se pensó en utilizar el tema He’s got it all worked out, una simpática canción sobre comer bichos que, sin embargo, no acababa de convencer a Rob Minkoff. Tim Rice no sabía qué hacer hasta que escuchó al equipo de investigación, recién llegado de África, pronunciar Hakuna Matata. Esas dos palabras le recordaron al letrista al Bibbidi-Bobbidi-Boo de Cenicienta… y así nació uno de los más famosos cantos al Carpe diem que se han hecho desde Hollywood.
Para menos canciones estaría en 2006 la productora cuando tuvo que pagar a los herederos de Solomon Linda una cantidad que no ha trascendido por utilizar una de las canciones del artista sudafricano sin su consentimiento para crear la famosa The Lion Sleeps Tonight.
Creando los personajes:
El equipo creativo del Rey León llevó leones de verdad al estudio para captar sus movimientos y hacer que los protagonistas de la historia fueran más realistas. Esto se nota en el filme tanto en pequeños detalles (el lavado de Nala, los gestos de cariño entre personajes) como en la batalla final entre Simba y Scar.
Los personajes de Zazú y Rafiki tuvieron una enorme evolución a lo largo de la producción de la película. El sabio y chiflado simio iba a ser un personaje mucho más serio inicialmente, pero se consideró que convertirlo en el ermitaño que todos conocemos sería una idea mucho mejor. Por su parte, Zazú fue ideado como un pájaro de una raza más pequeña, hasta que el equipo de investigación vio en África a los cálaos y descubrió que la forma de su pico le daba al personaje un aire de arrogancia mucho más divertido.
Para las hienas, inicialmente se presentaron al doblaje Nathan Lane y Ernie Sabella (míticas voces de Timón y Pumba) pero no pasaron el casting y, en su lugar, se escogió a Cheech Marin y a Whoopi Goldberg, en cuyo rostro, además, se inspiraron para crear el personaje de Shenzi, al que la actriz pondría voz.
Viajando al nuevo siglo:
Nueve meses se ha tardado en convertir la película al formato 3D, un trabajo que se ha realizado con mucho mimo y que se ha visto recompensado en Estados Unidos con dos semanas consecutivas liderando la taquilla con casi 100 millones de dólares de recaudación que la hacen situarse (sin contar con lo recaudado en Europa) en los 945 millones de dólares. Así mismo, la remasterización y digitalización de la película para su paso al HD han logrado que su visionado suponga toda una nueva experiencia para los nostálgicos y un filme muy competitivo frente a las nuevas producciones para el público más joven.
Diecisiete años han pasado y El Rey León vuelve a nuestros cines para conseguir una vez más que nos emocionemos, cantemos y nos riamos con una de las más maravillosas creaciones de Disney.
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