Chloe: Un engaño que se veía venir

TitularBasada en la cinta francesa Nathalie… y con guión de Erin Cressida Wilson, Chloe, supone una pequeña revolución dentro de la filmografía de Atom Egoyan por tres aspectos. El primero es que está producida por Ivan Reitman (Los Cazafantasmas, Up in the air). Nada parecen tener en común como para terminar colaborando juntos, pero así ha sido. El segundo es el guión. Hasta ahora los libretos de sus películas siempre los había firmado el propio Egoyan, ya fueran historias originales o adaptaciones literarias. En esta ocasión, sin embargo, la película está escrita por Erin Cressida Wilson (quien ya se encargara del guión de la interesante Secretary). Y por último, se trata de un remake. La original, Nathalie…, data de 2003 y contaba con Gérard Depardieu y la hermosa Emmanuelle Béart como protagonistas.

Chloe nos presenta a Catherine (Julianne Moore), una prestigiosa doctora que sospecha que su marido David (Liam Neeson) la está engañando. Para salir de dudas, contrata los servicios de Chloe (Amanda Seyfried) para poner a prueba la fidelidad de David. Las historias de Chloe, cargadas de pasión, sobre sus encuentros con David, hacen que Catherine se embarque en un viaje de redescubrimiento sexual y sensual. Pero, al abrir la puerta a la tentación, pone en peligro a su familia.

TitularMientras que en Nathalie… (conocida como Nathalie X en nuestro país) la trama giraba en torno a las conversaciones mantenidas entre Nathalie y Catherine acerca de los encuentros de la joven con el marido de Catherine, Atom Egoyan va más allá con Chloe. Se apropia de la premisa original (la prueba de fidelidad de la mujer) para irse por los derroteros del thriller y aumentar la carga sexual (prácticamente inexistente en la cinta francesa).

Chloe, que tiene en su reparto uno de sus mayores atractivos, no da la talla como thriller y muestra sus cartas demasiado pronto. El film se hace muy predecible lo que repercute negativamente en nuestro interés hacia la historia y los personajes. Algunas situaciones y conversaciones sacadas de la cinta original resultan forzadas, parecen impostadas. Es una película nada original, no por tratarse de un remake, sino porque al intentar desligarse de él se ha ido apropiando de todos los clichés posibles para construir la tensión dramática.

La intención de Egoyan de dar una mayor complejidad a Chloe a través de la relación de Catherine con su hijo, al que no deja «crecer» y sigue tratando como un niño, lo que conduce a un mayor distanciamiento entre ambos; o la suerte de amistad, que surge en un principio entre las dos mujeres, son el reflejo de las dudas de Catherine y la búsqueda de su identidad (tema recurrente en la filmografía del director canadiense). Aspecto este muy de agradecer, pero que por desgracia se resiente por el propio desarrollo de la trama principal (la prueba de fidelidad de Catherine) que, como ya se ha comentado más arriba, desemboca en un final harto predecible.

Acerca de Daniel Lobato

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El padre de todos, pero como a Odín, se me suben constantemente a las barbas. Periodista de vocación cinéfila empecé en deportes (que tiene mucho de película) y ahora dejo semillitas en distintos medios online hablando de cine y cómics. También foteo de cuando en cuando y preparo proyectos audiovisuales.

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