Harry Potter y las Reliquias de la Muerte: Parte 1: Un Potter oscuro y épico

Nueve años han pasado ya desde que un jovencito Daniel Radcliffe encarnara al mago más famoso de la última década. Ahora llega a la gran pantalla la que es su penúltima aparición (la segunda parte llegará en julio de 2011) como Harry Potter y, si miramos hacia atrás, la evolución es brutal. De hecho lo es incluso mirando a la anterior entrega de la saga.

Y es que esta séptima entrega es mucho más madura (y más adulta) que cualquiera de sus predecesoras. Está calificada como para mayores de 13 años «por algunas secuencias de intensa acción violenta, imágenes terroríficas y atisbos de sensualidad» y es así porque efectivamente es una película muy violenta, tenebrosa y… Bueno, también hay algún desnudo medio tapado por ahí.

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Pero no sólo eso hace madura a la película. Lo hacen también sus continuas referencias al movimiento nazi y su crítica velada a la política actual. Si hace dos películas nos encontrábamos con un gobierno que «negaba todo conocimiento» y en la anterior con el de actuar para salir bien en la prensa, ahora nos hallamos frente a un Ministerio de la Magia sobrepasado por la situación, incapaz de actuar y al borde del colapso, pero que sigue tratando de mostrarse optimista hasta el borde de lo ridículo frente a las cámaras. Estos detalles (y otros muchos que se pueden destilar del argumento, como el de que la Historia es siempre relatada por los vencedores) hacen a esta película recomendable hasta para quienes no sean demasiado fans de la saga.

La historia:

Tras la trágica muerte de Dumbledore (Michael Gambon) a manos de Severus Snape (Alan Rickman) en la anterior película, Hogwarts ha dejado de ser un lugar seguro. Por otra parte la revelación de que Harry Potter y Voldemort (Ralph Fiennes) están destinados a enfrentarse y que de este enfrentamiento sólo uno podrá salir victorioso, marca a Harry Potter como el primer objetivo en los planes de Voldemort para hacerse con el poder del mundo mágico.

TitularPero no todo son malas noticias. Antes de morir, Dumbledore encargó a Harry que buscase los Horrocruxes (las siete partes en las que Voldemort había dividido su alma para asegurarse la inmortalidad) y los destruyese, a fin de debilitar y poder vencer finalmente a Voldemort. Así que Harry, Hermione (Emma Watson) y Ron (Rupert Grint) huyen, convirtiéndose en los proscritos más buscados por los mortífagos, en busca de los cinco artefactos (los dos primeros ya fueron destruidos en anteriores entregas) que quedan repartidos por Inglaterra.

La historia está llevada a la pantalla de una manera muy cuidada. Las partes más «flojas» de la novela han sido limadas para que no resulten cargantes, las secuencias de acción son trepidantes y las emotivas (que son muchas y la mayor parte muy dramáticas) tienen el efecto de hacer que la mayor parte de las decisiones irracionales de un trío de chavales de diecisiete años nos parezcan justas y no desproporcionadas.

Los actores:

Muy buenas interpretaciones en esta entrega. Sin excepción (aunque habrá quien piense lo contrario).

Se nota el rodaje del trío protagonista, la química entre Daniel Radcliffe, Emma Watson y Rupert Grint es patente y gracias a ella sus escenas son de lo más naturales. En cuanto a Ralph Fiennes, resulta terrorífico en su papel de Voldemort (más aún cuando su aspecto se me antoja un híbrido entre vampiro, zombie y serpiente).

TitularEl resto de personajes tienen apariciones bastante menos largas (y es que el reparto es verdaderamente extenso), pero no por ello menos importantes para el desarrollo de la trama o menos trabajadas. Me quedo con Alan Rickman, cuyo personaje sigue pareciéndonos tan ambiguo como en las demás películas pese a haberse pasado al bando enemigo (y que dará mucho juego en la próxima entrega) y con Tom Felton, cuyo personaje (Draco Malfoy) se encuentra atrapado, víctima de sus acciones, en un mundo que parecía más atractivo en labios de su padre cuando las cosas iban bien y que ahora (con su familia caída en desgracia) tira de él en una dirección que le aterra.

En cuanto a los secundarios «menos importantes» me quedo con Xenophilius Lovegood (Rhys Ifans, el próximo malo de Spiderman y anterior hermano de Little Nicky) y lo hago porque su escena está perfectamente interpretada y es perfectamente creíble. Además, su carácter explica perfectamente el estado mental de su hija Luna (Evanna Lynch)

El director:

David Yates se ocupa de las películas de Harry Potter desde la quinta de la saga o, dicho de otro modo, desde que comienza la trama principal de la historia (desde el regreso de Voldemort) y, curiosamente, la evolución de mi consideración hacia su trabajo aumenta con cada nuevo filme. La decisión que se ha tomado de partir el último libro en dos películas es (a mi entender) muy acertada dada la cantidad de información y escenas importantes para la trama que el mismo contiene. Por otra parte los escenarios siniestros y los alegres, las secuencias de acción, humor o melancolía, se mezclan con total naturalidad, dejando al espectador con muy buen sabor de boca.

La banda sonora:

Nueva película y nuevo compositor para su banda sonora. Esta vez la tarea recae sobre Alexandre Desplat (responsable también de la banda sonora de Fantastic Mr. Fox o The Queen) y cumple bien con su cometido con unos temas repletos de fuerza y muy oscuros.

En resumen:

El día 19 de noviembre estrenan en todo el mundo una de las mejores películas que se han hecho de la saga de Harry Potter. No os la perdáis.

Acerca de RJ Prous

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En la soledad de mi beca Séneca en Zaragoza aprendí a amar el cine mierder. Volví a Madrid para deambular por millones de salas y pases de películas para finalmente acabar trabajando con aviones. Amante del cine y de sus butacas, también leo muchos cómics y, a veces, hasta sé de lo que hablo.

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