La luz de mi vida

La luz de mi vida: Experiencia paternal

La luz de mi vida es la personalísima apuesta de Casey Affleck para reencontrarse con la dirección (tras la irrepetible I’m Still Here) y reflexionar acerca de la paternidad. El desbordante instinto de protección que se desarrolla con ella, los terribles miedos que acechan en un mundo no siempre seguro y la relación que crece y madura entre los padres y sus infantes.

 

Casey Affleck y Anna Pniowsky

 

Affleck transforma sus experiencias y emociones en un relato que encuentra en el contexto del drama postapocalíptico el mejor vehículo para desarrollar esos temas; haciéndolo, además, desde una mirada íntima y descarnada, con el foco puesto casi en exclusiva en el padre y la hija protagonistas.

 

La mirada va variando al ritmo que marca el viaje de los personajes. Con lentitud, tomándose su tiempo, descubriéndonos poco a poco el proceso según el cual Rag (interpretada por Anna Pniowsky) va adentrándose en una incipiente adolescencia y reclama su protagonismo tanto en la propia relación paterno-filial, como en un mundo que ya sabe que -por decirlo de alguna forma- no le va a poner las cosas nada fáciles.

 

Affleck se sumerge de lleno en sus personajes ya desde la propia apuesta formal de la película, acudiendo a planos muy cerrados sobre los personajes y pretendidamente largos, ya sea en secuencias conversacionales o contemplativas, o en momentos de acción y peligro. La fotografía enfatiza también la calidez de la relación padre-hija (así como los diferentes flashbacks que van salpicando el metraje) y la frialdad de la terrible realidad que les ha tocado vivir.

 

Los referentes (que no esconde el director y protagonista) están ahí, quizás de forma demasiado evidente, restándole cierta fuerza al global de la cinta. La estructura, basada en la repetición de un mismo esquema inicial, junto al ritmo sosegado de la propuesta (por momentos se recrea demasiado en sí misma) no ayuda al espectador más impaciente, pero la honestidad de su discurso (que dado el contexto personal del autor puede interpretarse desde la malicia como oportunista) y el profundo estudio sobre la paternidad, arropado por el intenso trabajo de Pniowsky y el propio Affleck, hacen de La luz de mi vida una propuesta muy estimable.

Acerca de Daniel Lobato

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El padre de todos, pero como a Odín, se me suben constantemente a las barbas. Periodista de vocación cinéfila empecé en deportes (que tiene mucho de película) y ahora dejo semillitas en distintos medios online hablando de cine y cómics. También foteo de cuando en cuando y preparo proyectos audiovisuales.

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