Los Vengadores: La Era de Ultrón

Los Vengadores. La Era de Ultrón: Joss Whedon sube la apuesta

Que Joss Whedon se despida de Marvel y su universo cinematográfico es una pérdida para todos, sí; pero no es el fin del mundo. En el ámbito comiquero, especialmente en Marvel y DC, que un autor abandone una colección de éxito o que la editorial juegue con estos pasándolos de una serie a otra o les cancele sus proyectos es el escenario habitual en el que se mueven creadores y lectores, por ello no hay que lamentarse por lo que ya no vendrá sino alegrarse por lo que ya ha sido. Más aún si hablamos de un tipo como Joss Whedon, que ya tiene el culo pelado de tantas maquinaciones de las directivas de las majors y las TV: Buffy, Wonder Woman, Firefly… Con La Era de Ultrón el cineasta pone punto y final a su colaboración con Marvel Studios (al menos como director, aún hay títulos pendientes como Ant-Man en los que seguirá ejerciendo de productor) y deja perfilado el camino a seguir a sus sucesores.

 

Los Vengadores: La Era de Ultrón, como le sucediera al film de 2012, supone una suerte de cruce entre las diferentes franquicias (véase Iron Man, Capitán América y Thor) en lo que en mundo del cómic se denomina crossover. Es un evento que une a los personajes para hacer frente a una amenaza a la que por separado les superaría con creces. Eso, claro está, sin olvidar las tramas que se han ido apuntando en cada una de las películas que confluyen aquí, principalmente la concerniente a Steve Rogers (como ya ocurriera con Capitán América: El primer vengador). De esta forma SHIELD como tal no existe y Tony Stark, sin renunciar a su armadura (Whedon desdice el final de Iron Man 3), sigue en un empeño de crear una tecnología que jubile a nuestros héroes.

 

Iron Man

 

En los tráilers previos se apuntaba un poco más de oscuridad de la que al final hemos tenido. La Era de Ultrón no deja de ser una versión 2.0 del film de 2012. Una versión mejorada del original que, como aquel, está más interesada en servir de espectáculo y de broche a una etapa (en este caso la fase 2), que en profundizar en las complejidades del universo creado y abrir de forma evidente nuevas puertas. De tal manera que quien haya seguido las aventuras del equipo desde el inicio, si está agotado, pueda echar el cierre aquí y dedicarse a otros menesteres. Esto no quiere decir que Whedon se olvide del futuro y no faltan sutiles alusiones a los títulos que están por venir como Pantera Negra o Thor: Ragnarok. Quizás se pueda echar en falta la puesta de la primera piedra a los acontecimientos futuros de Capitán América: Civil War o alguna mención a Los Inhumanos (dado que cuando se estaba realizando la película el estudio ya tenía perfilado sus planes hasta 2020), y evitarse así conceptos como «mejorados» para sortear a FOX, que tiene los derechos sobre la franquicia mutante de Marvel, y quién sabe si establecer ya puntos de unión con Rayo Negro y su familia (como se rumorea que podría suceder en los cómics).

 

La película sigue el esquema definido por la primera entrega, no termina de arriesgar y plantea una trama muy parecida, repitiendo conflictos (como la eterna disputa entre Stark y Rogers por el diferente enfoque que le dan a las cosas) y soluciones. Sin embargo, al jugar con la ventaja de que conocemos a casi todos los personajes (al menos al sexteto inicial del grupo), el director ha podido entrar más en el desarrollo de los mismos; centrándose –inteligentemente– en aquellos que no han tenido la oportunidad de foguearse en otros films como Ojo de Halcón y Hulk. Jeremy Renner tiene que haber salido contentísimo de la película ya que ha pasado de aparecer de forma casi anecdótica en la primera parte de Thor y de quedar un tanto ensombrecido en Los Vengadores, a revelarse como una de las grandes sorpresas de este film, con todo un arco escrito para –por fin– darle la oportunidad de reivindicarse. A este respecto Whedon (como viene siendo habitual en él) revierte y potencia muy bien con los clichés de los diferentes géneros para establecer un juego con el espectador y sus expectativas.

 

Elizabeth Olsen

 

Que Joss Whedon es un tipo que se desenvuelve de maravilla creando y desarrollando personajes es algo que venimos viendo desde sus primeros tiempos en Buffy, cazavampiros (serie que, a su modo, no dejaba de funcionar bajo la dinámica de un grupo de superhéroes) y sigue demostrando a día de hoy. Así, no es de extrañar el potencial que sabe sacarle a las nuevas adhesiones al equipo: Visión, Bruja Escarlata y Mercurio. Y por no hablar de Ultrón (digno hijo de su padre, ser de una megalomanía absoluta que ha quedado ya como uno de los grandes villanos del género) o las apariciones de algunos secundarios de vital importancia en algunas de las franquicias marvelitas.

 

Si bien Aaron Taylor-Johnson no tiene nada que envidiar a Evan Peters a pesar de no lucir tanto, y Paul Bettany puede ya por fin utilizar algo más que su voz (y tendrá una importancia vital en el futuro de Los Vengadores, Elizabeth Olsen es quien acapara todas las miradas. Es cierto que su participación en el film (como la de Aaron) es más bien secundaria, pero va abriendo el camino a la presumible regeneración de la plantilla vengadora y muestra el potencial de su personaje para poner patas arriba todo el universo Marvel.

 

Como ocurriera con su antecesora, Los Vengadores: La Era de Ultrón sube el listón del género superheroico a nuevas cotas de exigencia, con algunas secuencias de acción (como la batalla entre Iron Man y Hulk) que harán las delicias de los fans. Todo es más grande, más épico, más impactante, más dramático… el blockbuster como mero producto de entretenimiento (dejando al margen connotaciones políticas o un carácter más crítico como el que pudiera tener por ejemplo la saga del Caballero Oscuro), tiene un nuevo referente. Los hermanos Russo (directores de Capitán América: El Soldado de Invierno y sucesores de Whedon en las nuevas entregas vengadoras) lo van a tener muy complicado para, al menos, igualar al maestro.

Acerca de Daniel Lobato

Avatar de Daniel Lobato

El padre de todos, pero como a Odín, se me suben constantemente a las barbas. Periodista de vocación cinéfila empecé en deportes (que tiene mucho de película) y ahora dejo semillitas en distintos medios online hablando de cine y cómics. También foteo de cuando en cuando y preparo proyectos audiovisuales.

Deja un comentario:

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Artículos relacionados