Cartel de Mortdecai

Mortdecai: Excéntrico y hastiado Depp

¿Qué pasa con las obras pictóricas que no funcionan en el celuloide? Si La dama de oro pecaba de quedarse bastante postrada en las formas, Mortdecai las sobrepasa y se excede tanto que llega al nivel de fantasmada. El guionista David Koepp dirige esta historia basada en la novela de Kyril Bonfiglioli que él ha adaptado junto a Eric Aronson y Peter Baynham. Apuntaba alto con semejante argumento: un marchante de arte arruinado va en busca de un cuadro de Goya para recuperar su fortuna; de ahí los tejemanejes con la mafia rusa, el MI5, su esposa, su guardaespaldas, etc. Desgraciadamente, el texto no ha cuajado.

 

Eso pese a las estrellas que están en el elenco que va encabezado por Johnny Depp acompañado de Gwyneth Paltrow, Ewan McGregor o Paul Bettany. Con más de treinta años de carrera, Depp ha coleccionado personajes míticos del séptimo arte: Jack Sparrow, Eduardo Manostijeras, Willy Wonka, Cry-Baby, Gilbert Grape, Don Juan de Marco, El sombrerero loco, el Sam de Benny and Joon,… Único es en dar vida a personajes histriónicos, como éste último en añadir a la lista, Charlie Mortdecai, un noble inglés coleccionista de cuadros repelente, estirado y desesperante. Gwyneth Paltrow hace de su mujer y aunque desprende encanto como siempre sale muy insustancial, al igual que Ewan McGregor; el escocés pasa inadvertido en su rol pese a la fuerte carisma que posee. A Paul Bettany le toca el rol estereotipado de esbirro y que hace suyo, encargado de proporcionar las escenas chistosas, con lo que bastante losa le cae al actor de Los Vengadores 2.

 

Johnny Depp en Mortdecai

 

Porque Mortdecai es un quiero y no puedo del cine de Wes Anderson. Desgraciadamente Charlie Mortdecai está a años luz del Gustave H. que confeccionó Ralph Fiennes en El gran Hotel Budapest. A diferencia de la fina repostería que significaba la última cinta de Anderson, este desbarajuste queda con sabor rancio. Por cierto que los anacronismos constantes de la dirección artística no mejoran, sino que entorpecen aún más el batiburrillo.

 

Algo se ha conseguido en la acción, pero no en el humor que promete: se mofan de las formas inglesas sin ninguna sutileza, todo en clave evidente dada la clara pereza que desprende el perezoso guion, que no quiere esforzarse en ser agudo. Salvo algún gag extraviado –como esa aglomeración de hipsters en el ascensor–, todo lo demás se hace denso mal que les pese al público y a los fans de Depp. La cámara es la única que sale ganadora dentro de la producción, que induciendo algo de dinamismo no salva del naufragio de esta comedia. El ritmo irrefrenable anda con acierto pero con chascarrillos de tal calibre no sabe muy bien que hacer.

 

Esperemos que esto quede como otro acercamiento fallido al arte de hace dos años con Cameron Diaz y Colin Firth, Un plan perfecto. Han seguido haciendo trabajos y esa comedia ha quedado olvidable. Puede que a Depp, Paltrow y compañía les suceda lo mismo.

Acerca de María Aller

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Madrileña. Comunicadora. Periodista. Sagitaria. Bonne Vivante. Cine. Y festivales, series, libros, cocina, deporte... recomiéndame!

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