Deadman: Amor Después de la Muerte

Deadman. Amor Después de la Muerte: Fantasmas al frenopático

Deadman: Amor Después de la Muerte«A veces creo que, si lo intentara de verdad, podría reducirme a mí misma a la nada…«

 

Interesante cómic el que ponen a la venta los amigos de ECC dentro de su línea Universo Oscuro. Deadman es uno de los personajes más peculiares e interesantes de DC y que, sin embargo, no suele prodigarse en cómics por la dificultad que entraña a veces trabajar con él y por lo saturada que ha llegado a estar la parcela de lo esotérico dentro de la editorial norteamericana. Para los no versados, Boston Brand era un trapecista cuando murió, asesinado por un individuo que lo escogió al azar como rito de iniciación para un grupo secreto de asesinos. Pero en la muerte, la deidad Rama Kushna lo llamó y le ofreció la oportunidad de ‘vivir’ de nuevo como su campeón. El entrecomillado no es accidental, la trampa dentro de la oferta de la diosa fue que Brand, ahora convertido en Deadman, vagaría por el mundo como un fantasma incorpóreo e invisible al ojo humano y sólo sería capaz de interactuar con el plano físico cuando poseyera a otro ser vivo.

 

Resulta complicado escribir sobre un personaje que apenas puede (según el autor las posesiones han llegado a estar limitadas a minutos) interactuar con el resto de personajes de la historia. Y aún en las ocasiones en las que el héroe ha gozado de cabecera propia, la tendencia a los monólogos ha sido naturalmente grande. Con estos hándicaps como punto de partida, sin embargo, también resulta en cierto modo natural que Mike Baron (con la ayuda del arte de un inspiradísimo Kelley Jones) se decidiera por una aventura de corte muy introspectivo, que ahonda en los traumas, los temores y los dramas de un personaje perseguido por la tragedia.

 

«No han visto a nadie como yo. Tienen miedo de lo que puedo hacer«

 

ECC recopila bajo este título tres historias que necesitan contarse juntas. Por un lado tenemos una primera trama que se extiende a través de los Action Comics Weekly #618-626 de 1988 y que sirve para presentar a algunos de los personajes que serán importantes más adelante y para definir el Deadman de esta pareja de artistas, un personaje mucho más cercano al concepto de monstruo que al de héroe, con unos rasgos claramente cadavéricos que dibuja con maestría Jones. Le sigue a esta historia la que da título al álbum (Amor Después de la Muerte), que data de 1989 y que traslada al héroe a una casa en medio del bosque y a un cerco cercano a ella en los que conoce a otra fantasma que no sólo puede verle e interactuar con él, sino que, además, es capaz de (hasta cierto punto) tocar el plano físico, e, incluso hacer contacto con el bueno de Boston Brand. Comenzará así una historia en la que el siervo de Rama Kushna se enamora y trata de liberar a la también trapecista Ann hasta que, como no podía ser de otra forma, el cómic se torna en tragedia.

 

Deadman: Amor Después de la Muerte

Deadman: Amor Después de la Muerte

 

Este final agridulce para el segundo cómic de esta recopilación dio para que, en 1992, Baron y Jones volvieran a reunirse para escribir Deadman: Exorcismo, una historia en la que un desquiciado Brand abre las puertas del inframundo para que tres espíritus atormentados regresen a la Tierra. La trama de este último acto se desarrolla como el resto de las aventuras esotéricas de este tomo, pero nos habla acerca de los pesares y el dolor que soporta un personaje en constante soledad y agonía y ahonda en la necesidad de consuelo y apoyo psicológico que todos podemos llegar a necesitar en algún momento de nuestras vidas (¡o después de las mismas!).

 

Deadman: Amor Después de la Muerte resulta en una lectura muy agradable y ágil sobre un personaje que resulta de lo más distinto e interesante. Totalmente recomendable (a pesar de sus treinta euros de precio).

Acerca de RJ Prous

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En la soledad de mi beca Séneca en Zaragoza aprendí a amar el cine mierder. Volví a Madrid para deambular por millones de salas y pases de películas para finalmente acabar trabajando con aviones. Amante del cine y de sus butacas, también leo muchos cómics y, a veces, hasta sé de lo que hablo.

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