Talon Karrde, Mara Jade, el Gran Almirante Thrawn… son nombres que si bien a los nuevos lectores / espectadores de Star Wars le dirán poco o nada, los fans más veteranos los tienen grabados a fuego en su imaginario galáctico. Durante mucho tiempo las novelas que conformaban la Trilogía de Thrawn, escritas por Timothy Zahn, fueron consideradas las secuelas directas de las películas, con la Flota Imperial derrotada pero resistente a desaparecer del todo y Skywalker convertido en el primero del resurgir de una nueva línea de caballeros Jedi.
Como otros tantos productos de la franquicia, la trilogía de Thrawn fue adaptada al medio comiquero por Mike Baron, y que Planeta Cómic recupera en un integral en formato cartoné (ya sabéis, un tomo en tapa dura, para que luzca más en vuestra estantería). Estamos ante una oportunidad única para recuperar un futuro (pasado ya, debido al reseteo del universo expandido) que recuperaba la esencia de las películas, como pocas obras habían (y han) conseguido.
En tiempos de la Nueva República y la Alianza Galáctica, Leia y Han Solo se dedican a buscar aliados al recién instaurado régimen, a fin de conseguir una estabilidad suficiente con la que dejar atrás la guerra y avanzar hacia el futuro que se habían ganado derrotando al Emperador y Darth Vader. Pero las tropas imperiales no tienen previsto rendirse tan fácilmente y una mortífera facción del Imperio, comandada por el Gran Almirante Thrawn se resiste a perder gracias a un descubrimiento que podría hacer tambalear el equilibrio de la Fuerza.
Poco más podemos contar para no aguar la sorpresa a nadie de una adaptación realizada con gran criterio y nivel y que recoge las tres novelas originales: Heredero del Imperio, El resurgir de la Fuerza Oscura y La última orden. El trabajo de Mike Baron no era sencillo, dada la complejidad y densidad de las novelas en muchos de sus pasajes, aportando ricos conceptos y tirando de largos diálogos difícilmente cambiables para el medio. Timothy Zahn había hecho un gran trabajo con las novelas. El resultado es una adaptación que quizás carga demasiado las tintas en los personajes y la historia, relegando las escenas de acción a un segundo plano, lo que lleva a un ritmo bastante más ralentizado de lo habitual para una historia de estas características. Pero la fuerza de los nuevos personajes creados para la ocasión (Mara Jade y Thrawn) y el contexto político de la creación de la Nueva República, son más que suficientes para que la historia mantenga bien alto el interés del lector.
El tomo se compone de las tres miniseries (cada una adaptando una de las novelas) que conformaban La Trilogía de Thrawn, y cada una con equipo creativo diferente: la primera es obra los franceses Olivier Vatine y Fred Blanchard, quienes crean uno de los cómics más europeos de Star Wars -en el buen sentido-, haciendo hincapié en el detalle de los fondos y el diseño de las páginas; la segunda tiene a Terry Dodson como ilustrador, quien se esfuerza en dotar a sus dibujos de la mayor semejanza posible con sus referentes cinematográficos; la tercera, quizás la más floja a nivel artístico, es obra de Edvin Biukovic, aunque sin desmerecer el conjunto en absoluto.
Heredero del Imperio es una obra perfecta para redescubrir las posibilidades que nos ofreció en su momento el Universo Expandido de Star Wars e imaginar qué es lo que puede dar de sí ahora que el futuro está por escribir.
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