Se veía venir. Desde aquel encuentro que tuvieran Xavier y Reed en los albores de Amanecer de X era cuestión de tiempo que los caminos del homo superior y de la primera familia se cruzaran. La incógnita era el cuándo y para responder a esto Chip Zdarsky, que ya preparó el terreno para el retorno de los 4 Fantásticos con su serie Marvel 2 en Uno, nos presenta esta miniserie de cuatro números en la que las dos «familias» más poderosas del Universo Marvel se discuten la custodia del hijo mayor de Sue y Reed Richards, Franklin.
«Detesto que a nadie le importe lo que yo opino. ¡Es mi vida!«
Siendo uno de los pequeños Richards el centro de atención es normal que las implicaciones de este cruce sean mayores para Los 4 Fantásticos que para La Patrulla-X (no faltan alusiones ni a la serie actual de los 4F, ni a la ya concluida Marvel 2 en Uno). Franklin, su condición de mutante y los problemas que está sufriendo respecto a la pérdida de poderes son el detonante del choque entre unos y otros. Todos opinan respecto a lo que es mejor para él sin tener en cuenta su opinión. Y, cómo no, Reed no hace sino complicar las cosas al querer hacer las cosas a su manera. Teniendo en cuenta la mitología que hay en torno a Franklin y la inmensidad de su poder, si Zdrasky juega bien sus cartas, el devenir de esta miniserie puede afectar muy profundamente a la cabecera principal de los 4F, la guionizada por Dan Slott.
Los lazos con Amanecer de X están todavía por calibrar. Atendiendo a la presencia (y apariencia) de Kitty, en la cronología mutante habría que situar esta aventura en tiempos de Merodeadores #1 y, a día de hoy, pocas (por no decir ninguna) alusiones hemos encontrado respecto a Franklin en las cabeceras mutantes. Así pues, será cuestión de seguir el devenir de la miniserie para descubrir si encaja (y de qué manera) el joven imaginauta en el entorno mutante dispuesto por Jonathan Hickman.
A diferencia también de lo que venimos leyendo en las cabeceras mutantes, Patrulla-X + 4 Fantásticos tiene un componente clásico muy acusado. En fondo y forma. Solo hace falta atender al desencadenante del conflicto, un malentendido entre dos tipos que se vanaglorian de ser pacíficos y dialogantes (Reed y Xavier) que son incapaces de sentarse a hablar de forma sensata y mandan a los suyos a pelear entre ellos sin más. Entre medias, Franklin, escudado por Kitty y Valeria busca las respuestas por su parte, complicando aún más las cosas. Estamos ante una lectura que no inventa la pólvora, pero que sabe recoger muy bien el espíritu de sus principales protagonistas (ya hemos dicho alguna vez que Zdarsky sería un estupendo guionista para comandar Los 4 Fantásticos), parte con un interesante misterio por resolver y recupera el tono de la Marvel más clásica. Ideal, sobre todo, para seguidores de Los 4 Fantásticos.
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