«Porque siempre voy cinco pasos por delante de los demás«

Si la lectura de la cuarta entrega de Nuevos Mutantes nos había aligerado algo el espíritu sombrío que hemos adivinado este mes en las colecciones ligadas a Amanecer de X, viene ahora X-Force a borrarnos la sonrisa y a decirnos que lo que se está cociendo en el mundo mutante es muy MUY serio. Los dos números americanos que Panini aglutina esta vez en la cabecera del grupo de operaciones especiales mutante me dejan dos sensaciones bien distintas, pero que giran en torno al mismo concepto que he visto en todas las series desde Patrulla X #4: el lento pero seguro camino de los mutantes desde un terreno gris y hacia la oscuridad, con gestos que les alejan más y más del heroísmo que habría que esperar de ellos y que los encuadran como el ejército defensor de una nación tan hermética como inquietante.

El primero de los capítulos que leemos hoy tiene por protagonista a Bestia, uno de mis mutantes favoritos. Hank dista mucho de ser perfecto, pero siempre me han gustado de él su amabilidad y su vasta inteligencia. Ahora, al frente desde las sombras de esta CIA mutante, nos lo encontramos actuando sobre el terreno de uno de los muchos países ficticios que pueblan la geografía terrestre en la Casa de las Ideas. Su objetivo no es otro que evitar que aparezca una nueva clase de Centinela, una basada en tecnología que parte (como ocurre con todo lo krakoano) del estudio y utilización de las plantas. Hasta ahí todo bien. Pero dado el historial de Bestia (recordemos que su última gran idea dejó varada a la Patrulla-X original durante unos cuantos años en nuestro momento temporal) sorprende encontrarlo tan seguro de sí mismo y de lo acertado de unas acciones que, por otra parte, lo alejan radicalmente del concepto de amabilidad que yo siempre le había admirado.

«El recuerdo parece que nunca morirá«

Es este capítulo en el que con más fuerza he notado hacia dónde se dirige la colección de Benjamin Percy. El guionista ha estado muy acertado al utilizar a Bestia, porque borra de un plumazo el concepto habitual que teníamos de X-Force y nos planta la semilla de algo nuevo. Algo mucho más organizado y peligroso para aquellos que se oponen a la nación mutante de Krakoa. Se lee en este número esa oscuridad de la que os hablaba antes, pero aproximándose a ella desde su ángulo más oscuro.

X-Force #4: Amanecer de X

Algo parecido me pasa con la segunda parte del cómic. Comienza siendo una historia cien por cien de la Fuerza X de toda la vida, con Dominó persiguiendo a un misterioso asesino internacional de defensores de la causa mutante, pero tiene un interludio que me hiela la sangre. Se trata de la escena en la que la mutante nos cuenta que, desde que la secuestraron y torturaron apenas sí puede dormir (curioso que ya he leído en al menos tres ocasiones este mes a mutante diciendo lo mismo en Krakoa). Dominó sale a correr por la noche y se encuentra con Coloso (otro que tampoco es que esté en su mejor momento) que compara a Krakoa con la Rusia de la Guerra Fría, hallando muy pocas diferencias en cuanto a como se manejan ciertos asuntos desde las sombras. Luego la historia continúa, pero uno se queda con la gran duda de qué es lo preferible: ¿unos mutantes perseguidos por los humanos intolerantes o unos hombres y mujeres X que medran a costa de cruzar una serie de líneas que los sitúan al nivel de personajes de la talla de Victor von Muerte?