«¿Quién imaginaba que Nebraska podía ser tan divertida?«

Nueva doble entrega de los Nuevos Mutantes de Jonathan Hickman y Ed Brisson y nuevo montón de razones para elevar a esta serie como una de las propuestas más interesantes y divertidas de cuántas nos está proveyendo esta etapa de Amanecer de X. Tenemos, además, el cierre de la primera historia tanto del equipo que se ha quedado en la Tierra (en manos del guionista de aquella etapa gris del Viejo Logan) como del que, con guiones del director de la franquicia mutante, se fue de road trip por las estrellas con más ganas de fiesta que de hacer grandes gestas. Y  lo que sacamos en claro ahora que ambas tramas han llegado a su fin es que tenemos entre manos dos colecciones bajo una misma cabecera: una más estándar y que se ocupa de que no nos olvidemos de los más jóvenes de entre los mutantes y otra que es pura locura y fantasía, con la que Hickman ha decidido que tanto él como nosotros tenemos que pasárnoslo bien.

Si vamos en el orden en que ha publicado Marvel y Panini estas historias nos encontramos a Armadura y a Bum Bum tal y como las dejamos el mes pasado, con Túmulo poniendo en serios apuros a todos los habitantes de la granja de Nebraska donde se habían refugiado Pico y Ángel con toda su prole. El número le sirve a Brisson para contarnos una serie de detalles bastante interesante: el primero de ellos es que, tras su paso por eXterminio, los mutantes mellizos con poderes sobre los recuerdos de la gente (Maxime y Manon) tienen la oportunidad de aprender a ser héroes, pero su paso por las filas de Acab les ha dejado con la brújula moral un tanto trastocada. Más importante aún parece ser el hecho de que, fuera de Krakoa, los mutantes jamás habían sido tan odiados y perseguidos como ahora que son los que tienen la sartén por el mango y la están utilizando para garantizarse un futuro próspero y feliz.

«Solo intento dar a la audiencia lo que quiere«

Y entonces llega Hickman. No el Jonathan Hickman que estamos viendo en la Patrulla-X. No ese señor serio que está contándonos la actualidad de la realidad mutante, con sus claroscuros. No. Llega otro Hickman. Uno empeñado en divertirse escribiendo y que nosotros nos lo pasemos en grande leyendo las aventuras de Roberto da Costa y los demás Nuevos Mutantes. Las primeras páginas, el resumen y la conclusión del mismo son una jodida obra de arte y comedia que nos deja con el culo torcido y le sirve al guionista para avanzar a la velocidad que le dé la gana sin necesidad de pararse en detalles nimios. Le sigue una aventura bastante esperable (teniendo en cuenta todo lo que ha pasado hasta el momento) en la que vuelve a dejarnos boquiabiertos en su manera de resolver la clásica escena de pelea multitudinaria. Y ya, si eso, después, el autor nos permite ver por dónde pretende mover la historia a partir de ahora, con una firme apuesta por la división galáctica de sus héroes ya no tan adolescentes.

Nuevos Mutantes #4: Amanecer de X

Todo eso con un runrún de fondo que nos lleva a pensar en Imperio y, más allá de ese crossover, en futuros límites que la Patrulla X se plantee cruzar en la lenta espiral que han iniciado y de la que os hablaba el otro día. Cuando se inició Amanecer de X se nos indicó que Patrulla X y Nuevos Mutantes eran las series a tener en cuenta por encima de las demás, lo que no sabíamos es que, mientras que la primera cumple con su papel de escenario para todo lo que importa de los mutantes, la que nos ocupa hoy se ha convertido en la mejor manera de seguir adorando a los mutantes por mucho que se ‘villanicen’. Nuevos Mutantes es comedia, es aventura y es una de las lecturas más interesantes que la Casa de las Ideas está poniendo mes a mes en nuestras estanterías.