«Éste es el tiempo de los monstruos…«
Mi intención esta mañana era leer hoy el primer número de la etapa de Al Ewing al frente de los Guardianes de la Galaxia. Para ello me he estado empollando, por consejo de nuestro director Dani Lobato, la muy recomendable Vengadores: Sin Camino de Vuelta (habría que estar atentos por si Panini la reedita en tomo) y, dado que no llegó a nuestra redacción con la última remesa de novedades, me he hecho con una copia de Guardianes de la Galaxia #12 (#75), la última entrega de la corta -pero intensa- etapa de Donny Cates al frente de la colección. Y ha sido tras pasar su última página que he decidido que antes de ponerme con la nueva fase tocaba mencionar, aunque sólo fuera de pasada, lo maravilloso que es ese número.
Porque Cates dedica su despedida a regalarle a Cohete un enorme momento de gloria. Porque aprovecha para volver a reunir a los Guardianes que hemos visto en la gran pantalla para que Ewing pueda disponer de ellos. Porque la batalla final es tan loca como lo ha sido toda su aventura al frente de esta serie. Y porque, en un conjunto de fantásticas páginas finales a cargo de Cory Smith, hace un repaso de lo que ha supuesto su viaje por toda la Marvel galáctica (desde Guardianes hasta Estela Plateada pasando por Thanos y Veneno) en un tono tan agradecido como hermosa es la ilustración final, que nos lanza de cabeza hacia lo que nos queda por vivir junto a estos antihéroes del espacio.
Desde aquí te doy las gracias, Donny, por esta aventura.
«No hay lugar seguro«
Y así, tras todas estas lecturas, llegamos al número que nos ocupa hoy. Y en la cuarta página me encuentro con un Zeus fuera de sí y veo a qué se refería Dani. Y en la sexta me deleito con la primera foto de familia que se haya podido ver en mucho tiempo, con los Guardianes alrededor de la mesa, esperando que estalle la próxima crisis que los haga volar. Y vaya que si estalla. Se supone que este primer número debería ser una primera toma de contacto, pero no hay tiempo (Imperio se nos echa encima) y Ewing decide comenzar fuerte, con Starlord, Cohete y unos cuantos colegas infiltrándose en la renacida ciudad de Olimpia para pararle los pies a los dioses enloquecidos. Mientras, a varios mundos de distancia, Gamora, Drax y Groot no creo que se hayan quedado de brazos cruzados en esa especie de minivacaciones en las que estaban tan a gusto.
Acompaña al guionista del Inmortal Hulk Juann Cabal, que se ocupa del apartado artístico de este número. No tenía muy localizado a este señor, pero me ha bastado una pequeña muestra de lo que está dispuesto a experimentar para declararme francamente interesado por lo que está por venir en esta serie. Ewing es una estrella en alza dentro de la Casa de las Ideas y su apuesta por el regreso al tono macarra de las películas merece que le demos una oportunidad a la serie. Ello, mezclado con un estilo artístico divertido y unas tramas que parecen acercarnos a todo lo que está por venir en la Marvel intergaláctica hacen de estos nuevos Guardianes de la Galaxia una de las series a las que más atención deberíais estar prestando en este momento.
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