Mundo Mutante

Mundo Mutante: Más allá del fin

Mundo Mutante«Criaturas leprosas corretean entre las sombras, buscando comida desesperadamente«

 

El pasado mes de diciembre nos dejó Richard Corben y ese mismo mes, sin que fuera algo premeditado, ECC puso a la venta Mundo Mutante, la reedición de una de sus obras cumbre junto con Jan Strnad de allá por 1978, un año antes de Mad Max y tres antes de su más famosa secuela, verdadera piedra de toque para la fiebre por todo lo post-apocalíptico (inspiradora, de hecho, de otras grandes obras, como el manga El Puño de la Estrella del Norte, de Buronson). Mundo Mutante llega a nuestras librerías por quince euros y cuenta con dos prólogos (de su guionista y su dibujante respectivamente) y con un interesante epílogo de José Villarrubia, que trabajó como colorista de Corben en varias ocasiones y realiza un análisis muy interesante de la obra en las dos páginas que ocupa su texto.

 

El álbum, muy fino, de apenas ochenta páginas incluyendo todo lo anterior, nos cuenta la historia de Dimento, un atormentado mutante de escasas luces y fuerza sobrehumana que malvive en el páramo en que se ha convertido lo que otrora fuese una ciudad. Edificios derruidos y tan sólo unos pocos animales y humanos mutados que luchan por sobrevivir mientras conviven con la escasez y la radiación de un fin del mundo que ni se nos explica cómo llegó ni nos interesa demasiado saberlo. Porque no, porque lo que interesa es ver qué nueva perrería le va a ocurrir a nuestro protagonista, un pobre infeliz demasiado ingenuo para un mundo dispuesto a devorarlo y demasiado bueno para un sálvese quien pueda elevado a la enésima potencia.

 

«Recordaré a ese pobre cordero en mis plegarias«

 

Hay momentos en la lectura de este cómic en que mi mente ha derivado hacia El Lazarillo de Tormes. Dimento va pasando por las manos de distintos personajes dispuestos a comérselo vivo o a aprovecharse de él y, en lugar de su astucia y picardía, es una suerte de karma lo que, más que salvar al pobre Dimento, castiga a sus captores o abusones. Ésta podría ser la gran moraleja de Mundo Mutante: en el páramo, cuánto más mal hagas, más mal recibirás como pago. Por lo demás, la historia es una sencilla aventura en la que el protagonista, víctima de su propia bondad, trata de hacer el bien sobre una persona a la que sólo él considera su amiga. Esto lo lleva a sufrir a manos de unos y de otros hasta que decida rebelarse y aprenda a devolver los golpes cuando estos le son propinados. Cuenta, además, la trama con un giro final de lo más llamativo e interesante, que le da un nuevo significado a lo que acabamos de leer e invita a revisitarlo para verlo con otros ojos.

 

Mundo Mutante

Mundo Mutante

 

Pero cuenta, sobre todo, con un apartado artístico sensacional. Cada una de las páginas de Mundo Mutante tiene algún detalla que merece la pena conservar en el recuerdo. Todo: los movimientos, el estilo casi fotográfico y a la vez irreal y plástico, la maravilla que constituyen todas y cada una de las expresiones de los personajes (desde esa mezquindad de Bugs y Creeper hasta las mil y una caras del protagonista) suman para hacer de Mundo Mutante un auténtico regalo para los ojos en el que el uso del color es, quizás, la guinda del pastel y lo que hace de este cómic un recuerdo único que hace recordar a su artista más allá del fin de sus días.

Acerca de RJ Prous

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En la soledad de mi beca Séneca en Zaragoza aprendí a amar el cine mierder. Volví a Madrid para deambular por millones de salas y pases de películas para finalmente acabar trabajando con aviones. Amante del cine y de sus butacas, también leo muchos cómics y, a veces, hasta sé de lo que hablo.

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